Que se note que es Navidad
Elogiaba hace unos días, en redes sociales, a una empresa que, en Navidad, ofrece sus artículos en bolsas con una imagen de la Sagrada Familia. Agradezco la repercusión de la publicación, pues reconforta saber que hay máspersonas que dan importancia y valor a estas cosas y que uno no clama solo en el desierto, aunque a veces se tenga esa sensación.
Que un negocio actúe de esta manera, cuando la prudencia y lo políticamente correcto invitarían a no meterse en líos y no ofender a posibles consumidores, dice mucho de la persona que, en este caso, está detrás del mismo y da nombre a la marca. Y no es la primera vez.
Álvaro Moreno no tiene complejos en colaborar con un convento, ni en abrir las puertas de sus tiendas a trabajadores con síndrome de Down ni, desde hace varios años, como hemos podido comprobar, mostrar la razón de la Navidad en sus bolsas. Todo un ejemplo en los tiempos que corren.
Desgraciadamente, hemos vaciado la fiesta de sus símbolos. La hemos dejado huérfana de significado. Sin que nos demos cuenta nos la han arrebatado. Por eso nos sorprende tanto que alguien levante la voz y nos recuerde lo que ocurrió hace más de dos mil años. Las bolsas de regalo son imagen viva de la Navidad. Contienen la ilusión de niños y mayores, los nervios de una noche mágica, el misterio y la sorpresa. Ojalá muchos más negocios y establecimientos ayudaran en esa decoración móvil y fugaz de nuestras calles.
Se hacen enormes esfuerzos por ofrecer programas y actividades navideñas, algunas de ellas muy vistosas y atractivas, para niños y mayores. Es estupendo que estos días, donde los pequeños de la casa tienen más tiempo libre, que podemos compartir con ellos, haya una oferta lúdica atractiva y asequible para todos, aunque nos gustaría encontrar más elementos que nos recuerden aquello que celebramos.
Dentro de dos días, rememoraremos el nacimiento de Jesús. Ese es el motivo que nos convoca, que justifica la fiesta, que nos hace salir a la calle, iluminarlas y llenarlas de alegría. Que esa luz sea el mejor reflejo de aquella otra de Belén que nunca se ha apagado.
Feliz Navidad.
