Antonio G. Ojeda: “Me conformaría con que a cada lector le gustase, al menos, un poema de este libro”
Del amor, del deseo, del lenguaje de los cuerpos es el primer poemario del ursaonense Antonio G. Ojeda de los cinco reunidos bajo el título genérico de Esto puedo deciros.
En él se recogen 48 poemas escritos en aquellos lugares a los que la vida iba llevando al autor: Osuna, Sevilla, Salamanca, Las Cabezas de San Juan, Algeciras, Linares…
Este libro se puede adquirir ya en las librerías Papyro, Márquez, Felicidad, ‘Copia, papel y tijera’, además de en Amazon y en ‘Librerías asociadas en España y Latinoamérica’ bajo demanda.
Antonio, casi todos los poemas tienen casi 45 años. ¿Qué has sentido al releerlos y al decidirte a incluirlos en esta nueva publicación?
Sí, son mis primeros poemas, tenía yo 19-20 años. Al leer cada poema siento lo que sentí cuando viví ese momento y cuando lo escribí. Porque cada poema es una pieza del rompecabezas emocional de tu vida, cada poema –no de un libro, sino de la obra de un poeta- es como una hoja de su diario vital.
¿Te han rondado la envidia o la nostalgia al recordar esos amores, deseos, esos cuerpos… o cada momento tiene su embrujo?
A veces, mis propios poemas, aunque lleven escritos muchos años, me hacen emocionarme, recordar, añorar… Pero envidia, no. En ocasiones, estos poemas están dedicados a mujeres e inspirados en mujeres que despertaron en mí no deseo físico, no pasión,… sino ternura, deseo de protección, deseo de conocimiento –porque cada persona es un paisaje-, belleza o magia del momento,…
¿La corrección o el retoque han revoloteado por tu mente a la hora de sacar a la luz los poemas que conforman este libro?
Para un autor –al menos, para mí- el poema siempre está abierto; quiero decir que, por mucho tiempo que lleve escrito, el autor puede encontrar una coma, una palabra, un verso, algo que cambiar en cualquier momento. Lo que no he hecho es autocensurarme porque los poemas tengan, digamos, “los defectos”, de lo primerizo. Aunque todavía sienta cierto pudor al leer algunos, no he tachado, no he cambiado, no he eliminado. Aunque dicen que esto tienen que hacerlo mucho los escritores, si yo lo hubiese hecho, mi obra estaría incompleta, le faltarían piezas o páginas a mi diario vital.
Creo que fue Caballero Bonald el que dijo que “un poema salva un libro”. Yo me conformaría con que a cada lector le gustase, al menos, un poema de este libro.
¿Para qué te servía en aquellos momentos el plasmar tus sentimientos en un trozo de papel?
Escribir era y es para mí una necesidad vital, como comer, descansar o respirar. ¿Para qué me servía? En teoría, la poesía sirve para expresar los sentimientos, los pensamientos,… del que escribe.
¿Sigues teniendo tu casa llena de versos o tu literatura te lleva ahora por otros derroteros?
Sigo teniendo la casa llena de versos –como dice uno de mis poemas- en el sentido de que sigo leyendo poesía. Pero hace tiempo que no la escribo. (De todas formas, que escriba poesía o no, no depende de mí, sino de ella; si me visita, la escribo o la transcribo.) Últimamente he escrito algunas piezas cortas de teatro, al estilo de sainetes o entremeses.
El amor va intrínsecamente unido al desamor. ¿Por qué no aparece este desafecto en las casi 80 páginas del libro?
Porque mi obra poética la tengo ordenada por temática. El segundo poemario se llama precisamente “Del desamor y la ausencia”. Es decir, trata la otra cara del amor. Quiero publicarlo el próximo año.
Entiendo que a medida que vayas pudiendo vas a publicar cuatro libros más para completar ‘Esto puedo deciros’. ¿No quieres que el olvido se enquiste en tus anaqueles?
No quiero que el día que “yo falte” mi casa sea un Síndrome de Diógenes de carpetas y papeles y que mis herederos pongan una cuba en la puerta de mi casa y echen todas esas carpetas y papeles, fruto de toda mi vida escribiendo de todos los géneros. O, dicho de otra manera, no quiero que mi obra muera conmigo. Así que me he hecho el propósito de publicar un poemario cada año. Después de este y del citado en la pregunta anterior, vendrán “De la íntima y secreta naturaleza de los seres y las cosas”, “Del Hombre” y “De la poesía, de los poetas, de mí”, creo que en este orden. ¡A ver si vivo lo suficiente!
¿Cuáles dirías que son las principales características de tu poesía?
Dijo Lope de Vega: “el verso claro y el borrador oscuro”. Totalmente de acuerdo. Siempre he pensado que la poesía se tiene que entender. Si para entenderla hay que explicarla, mal asunto. Hay quien piensa que, cuanto más oscura e ininteligible sea la poesía, más calidad. En este sentido, mi poesía se entiende.
Y otra característica es que no está escrita con el cerebro, con la razón, sino que está escrita con las entrañas, con el alma, con el corazón, con los sentidos.
¿Te gustaría terminar con algunos versos de tu libro?
¡Vamos allá!
“Estaba hermosa la luna sobre los olivares.
Y en las tranquilas aguas verdes de tus ojos
se bañaba.
Grano de arena éramos
en el silencio de la noche del mundo,
briznas, hojas cenicientas, ramas,
terruño, ojos de búho, grillos,
sombras disueltas en aquella luz de plata”.
Gracias a El Pespunte.
Sobre Antonio G. Ojeda
Nace y reside en Osuna (Sevilla), donde vive su jubilación tras una vida laboral fecunda como maestro especialista en Lengua y Literatura y en Educación Infantil. Antes de terminar sus estudios de Magisterio, trabajó como empleado de supermercado, analista de laboratorio, vendimiador en Francia…
También hizo sus pinitos como actor independiente, habiendo formado parte del T.E.S. — Teatro Estudio de Sevilla—, participando, bajo la dirección de Carlos Álvarez-Nóvoa, en montajes como Pajaritos, 27 y bajo la dirección de Ramón Resino, en montajes como Luces de Bohemia, de la Compañía Tiempo-T.E.S., ha colaborado en la realización de libros de texto con las editoriales Alborada y S.M. –Equipo «Blanca de los Ríos»—, ha publicado artículos de opinión en varios periódicos,… Y, desde muy temprana edad, tiene metido en los sueños y en la sangre «el veneno» de la lectura y la escritura.
Tiene algunos textos sin publicar, especialmente de poesía, y, en preparación, algún otro. Asimismo es un asiduo colaborador de El Pespunte.
Periódico joven, libre e independiente.
Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).