COFRADÍAS | Propuestas para ver el Martes Santo en Osuna y Estepa
El Martes Santo debe pararse uno, al menos parte de la tarde, en Osuna. Desde 1545 viene venerando su hermandad al Crucificado de la Vera Cruz, uno de los emblemas de la Semana Santa de la villa ducal, pero queno fue hasta agosto de 2023 cuando don José Luis Romero Torres, referencia en el estudio de la escultura española, señaló el nombre de Francisco de Heredia como su autor en su último libro.
la Vera Cruz de Osuna no saca una cofradía, sino que abre un libro de Historia del Arte
A partir ahí, la Vera Cruz no saca una cofradía, sino que abre un libro de Historia del Arte que repasa la escultura de un punto a otro de la geografía española. Una cofradía intelectual. El primer capítulo, perdón, paso, es del Santo Ecce Homo del Portal, el popular Cristo de la Caña, conmovedora y sublime obra del malagueño Fernando Ortiz, hacia 1760. La mirada alta, el moratón de su mejilla, la distensión de la mano por la fuerte comprensión de la cuerda que lo ata y el sutil detalle del dedo de su pie que sobresale de su peana… puro alarde barroco. Al Cristo de la Vera Cruz, que le sigue en el segundo paso de la hermandad, se le incorporó hace un par de años la figura de un niño semi arrodillado y con expresión triste, símbolo del alma cristiana, que se compadece al contemplar los padecimientos de Jesús en la cruz por la salvación de la humanidad. Le hace pareja en calidad artística, hábilmente negociada en un anticuario. El último capítulo, perdón de nuevo, paso, es el de la valenciana Virgen de la Esperanza y San Juan Evangelista, realizadas por Vicente Tena en 1901.
Y sus pasos, que constituyen otro capítulo de este libro de Historia del Arte abierto a la calle. El capítulo de los historicismos, o los revival que se pusieron de moda desde finales del siglo XIX por el interés de conocer a las civilizaciones antiguas. Entonces se entiende la reliquia que supone conservar el paso del Crucificado, de estilo neogótico de 1895, y el de la Virgen de la Esperanza, único en España al recrear la decoración de los templos sumerios y egipcios. Las potentes esfinges en sus esquinas llaman la atención a todo el mundo. Hay que venir a verlo.
Dejando un rato Osuna, Estepa nos ofrece una cofradía singular, la de San Pedro. Dicha singularidad estriba en que no procesiona a su titular, el pensativo Cristo de las Penas, sino que la fortísima devoción se deposita en San Pedro, arrodillado y arrepentido tras haber negado a Jesús, acompañado del gallo. Desde la iglesia de la Asunción hasta el barrio de los churreros discurren unas larguísimas filas de nazarenos, con vistosas túnicas de capa azules y rojas, los mismos colores que viste San Pedro, portando unos faroles de hierro pintando en azul también. El paso de palio de la Virgen de los Dolores se culminó el año pasado con el estreno del manto bordado, precioso, por Jesús Rosado. Estoy deseando de ver a esa Virgen en la calle con sus manos originales, entrelazadas, y portando sobre ellas el corazón que es una gran esmeralda custodiada por los marqueses de Cerverales.
Profesor de Historia y experto en museología.
Colaborador de El Pespunte para temas cofrades y arte sacro.