Inolvidable acto cultural celebrado en el Casino de Osuna

El otoño cultural del Casino de Osuna inició su recta final con una jornada poética en la que intervinieron José Barrera Valverde, José Mª Contreras Espuny, José Torrejón Real y Francis López Guerrero acompañados al piano por Alejandro Cruz Benavides. El acto comenzó con palabras de bienvenida por parte del vocal de cultura del Casino, Manuel García Aguilar quien dijo que aunque todavía no es momento de balance, los llenos de la sala daban fortaleza e ilusión a esta Directiva para que el otoño cultural se convierta en una cita tradicional dentro de los actos culturales que se celebran en Osuna. Los intervinientes fueron presentados por Víctor Espuny Rodríguez, quien después de un breve currículo de cada uno de los participantes, hizo especial hincapié en la calidad humana y literaria de cada uno de ellos. En el caso de Alejandro Cruz Benavides, Víctor, recordó vivencias de juventud en especial la época de un conjunto musical del que formaba parte Alejandro y que actuaba en la Carbonería en Sevilla. También hizo un recorrido por los logros y éxitos de nuestro músico, destacando el reciente premio a la mejor dirección musical lo que hace que el nombre de Osuna esté en escenarios internacionales.
Hubo un invitado especial: el imponente piano de cola del Casino cuya presencia en la Sociedad data de 1.892 y que fue adquirido a un importador italiano, Luigi Piazza, por la cantidad de 2.905,15 Pts, según consta en los archivos de la Sociedad. Esa misma mañana fue afinado y para su edad cumplió como los buenos pues después de muchos años mudos, Alejandro lo hizo hablar en todos los idiomas musicales.
Cruz Benavides abrió la velada con una interpretación magistral de una pieza de aires andaluces en la que en sus notas y acordes estaban presentes Albéniz, Falla, Dorante, Chano Domínguez… pero en suma era Alejandro cuyo estilo es propio e inconfundible tal como se pudo apreciar en esta interpretación y las posteriores acompañando a los recitadores.
José Barrera recitó poemas del poeta local Eloy Reina entresacado de la obra suya “Los cuadernos de Arcadio”. Fueron tres los poemas leídos, en los que se glosa a la calle San Pedro, recuerdos para la Reforma, bar, singular de la carrera y el que dedica Eloy a su amigo y compañero Manuel Rodríguez-Buzón Calle, hombre de imborrable huella en muchos aspectos, pero especialmente por su contribución a la conservación y conocimiento de nuestro patrimonio.
Los dos poemas recitados por José Mª Contreras Espuny son propios y muy recientes en su creación pues incluso nos dijo que aún no tenían nombres, pues se debían a momentos de inspiración que le llegaron en una visita a la azotea de su casa, atalaya desde la que ve esa Osuna que le ha dado alma de poeta. El amor y la melancolía otoñal, cautivo al público con una mezcla de romanticismo y vanguardismo que al menos hoy, era lo que nos transmitía el joven poeta, al que le prometemos una fulgurante carrera en el campo de las letras.
José Torrejón Real ofreció poemas de Gabriel y Galán, poeta cuyos poemas están arrancado del vivir cotidiano en los medios rurales: el viejo que da consejo a la moza casadera, el vaquerillo que llora el desvío de la zagala o la muerte que llena de luto la alquería. José Torrejón eligió El vaquerillo como primer poema que responde a la corriente romántica con un enfoque hacia lo rural y aldeano. Extraordinaria la declamación en pasajes como “He dormido esta noche en el monte con el niño que cuida de mis vacas…En segundo lugar recito El embargo también del poeta Gabriel y Galán, poesía que escrita en el habla extremeña del Norte de Extremadura, sensibilizo a los presentes por la actualidad que ha cobrado la cantidad de familias que son privadas de su vivienda por no poder atender los pagos.
Francis López abordo La nana de la cebolla considerada como la más trágicas canción de cuna de la poesía española. Fue dedicadas por Miguel Hernández a su hijo Manuel y escrita en respuesta a una carta de Josefina Manresa, esposa del poeta, en la que le contaba que ella y el niño únicamente se alimentaban de pan y cebolla. Francis enmudeció a los asistentes con “En la cuna del hambre mi niño estaba…”Francamente no se puede recitar mejor. Con el Vals de los enamorados y unidos para siempre, Francis dio un giro en su intervención eligiendo un poema que nos sacaba de lo trágico para meternos en lo agradable, romántico y dulce. Este poema además de recitado fue representado, pues el mismo con su compás nos arrastro en nuestras sillas a bailar el Vals.
El acto finalizo con una interminable ovación para todos los participantes, que recibieron de manos del presidente y los directivos Antonio Navarro Domínguez, José García Valle y Pedro Santana Soria, respectivamente, un pequeño recuerdo por su colaboración en el otoño cultural, consistente en un azulejo que reproduce el cartel anunciador de este programa.

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