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El Estado del Bienestar

El Estado del Bienestar

(La hipocresía es el tributo que el vicio rinde a la virtud: Larochefoucaullt).

Bien podría haber titulado estos comentarios: “Yo Acuso”, pero eso ya lo hizo E. Zola en el s. XIX, aunque ahora, igual que entonces, sobren razones morales para levantar el dedo, también ahora igual que entonces, tenemos pocas esperanzas de que sirva para algo.
Perro no come carne de perro.

Faltan pocos días para que se produzcan unas elecciones que no sabemos muy bien para qué servirán, a la vista de cómo funciona nuestro sistema “democrático”, que haciendo honor a la verdad habría que llamar partitocrático.

Quizás para que se prolonguen en el tiempo y los privilegios, una gente que, tras crear una extensa red de estómagos agradecidos, comenzando por los ayuntamientos y acabando por los gobiernos autonómicos y central, han hecho de este país un cortijo, donde los administradores tienen amplia mano para el mangoneo arbitrario, cuales sheriff de Nottingham, disfrazados de Robin Hood, a mayor provecho y gloria de sus amos los bancos y las multinacionales, que son los que se llevan la gran tajada.

La otra posibilidad, sería el acceso unas veces, y ascenso otras, de su adversario-socio (según en qué negocio) el “club de la gaviota”, que visto lo visto, cabe sospechar, que tras unos primeros mesecitos dando imagen (“haciendo política de izquierdas”), vengan a llevarse lo que queda.

No olvidemos que el sr. del bigotito todavía está ahí, y sigue siendo amigo de Murdoch, de G. Bush, etc. y si no, que se lo pregunten al pobre de Mariano, que tiene bastantes más enemigos dentro que fuera de casa.

Esta España, lamentablemente, me recuerda a los tiempos de Fernando VII, a la camarilla de Escoiquiz y al gobierno de Calomarde. ¡Peor imposible!

Sospecho que tendremos los mismos perros con los collares cambiados, y por supuesto, los mismos amos.

A quien le digan que los logros sociales y laborales conseguidos por el “pueblo llano” a lo largo del siglo XX, han sido recortados cuando no segados, en los últimos años de dicho siglo y los diez primeros del XXI por gobiernos que se dicen socialistas y de izquierdas y con la colaboración de sindicatos supuestamente de izquierdas (aunque subvencionados), le puede ocurrir dos cosas:
A) Que no se lo crea.
B) Que lo compruebe y se muera.

Pero va siendo hora de que los españoles paremos esto.
La democracia real debe existir. Es necesaria. Aunque sea, o quizás por eso, la forma menos mala de gobernar a los hombres.
Es necesario un cambio de la ley electoral, donde los elegidos sean responsables ante sus electores, antes que frente a los líderes de sus partidos.

Para ello, es fundamental que nos pronunciemos demandando LISTAS ABIERTAS, lo que quitaría poder a los partidos y lo daría a los ciudadanos, que teóricamente son los depositarios de dicho poder, aunque otra cosa sea la práctica.

Manifestémonos, en la calle, en las redes sociales, en los foros de Internet, o como sea.
Ahora es el momento. Aznar perdió unas elecciones en cuarenta y ocho horas, cuando la gente descubrió sus descaradas mentiras y las de Acebes a golpe de teléfono movil y SMS. Que por una vez sirva este aparatito para algo más que para enriquecer a las operadoras.

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Es necesaria la supresión de tanto privilegio de los “alfa más” frente a nosotros los “epsilon menos” a los que nos tienen saturados de tanto “soma” en forma de fútbol y tele basura, previo paso por la L.O.E, la L.O.G.S.E.. la E.S.O. y la p… que los parió.
Aldous Huxley si que fue profeta, y no Jeremías que se pasaba el tiempo llorando.
Está claro que la corrupción es la norma y la honestidad la excepción.

Pero en Sodoma aún quedan hombres justos. Estadísticamente, quedan. Los ha habido siempre.

Los españoles sufrimos hoy tantas injusticias, que nos sobran razones para tirarnos a la calle como han hecho los árabes. Y ya que nos tantean nuestra tolerancia (¿tragaderas?) con leyes aparentemente absurdas, que el “Gran Hermano” y sus administradores se den cuenta que el aguante tiene un límite.
Dirán ustedes que las próximas elecciones son sólo municipales.
Les recuerdo que la II República nació de unas municipales.

Y ahora, disculpen mi procacidad, pero a fuer de ser sincero, y conociendo el porcentaje de gente al borde y por debajo del umbral de la pobreza, la explotación-semiesclavitud de unos, los sueldos blindados y primas de otros, el fraude fiscal instituido, etc. que “disfrutamos”, cuando escucho a un gobernante hablar del “Estado del Bienestar” (¿de quien?) y de que están haciendo una “política de izquierdas”, aunque me coja sólo, se me escapa una voz que me sale del alma: ¡Hasta cuando?

José Mª Sierra

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