Cerá o Ceró
Es lo suyo estar un viernes por la noche contando los votos del extranjero. Los primeros que ejercieron y los últimos en entrar en escena. Y vaya escena. Así es la vida. Cuando estás lejos tienes que pronunciarte antes y tus decisiones llegan después. Me imagino al pibe que vive en Uruguay o a la chavala que está en Irlanda muy rayados con este tema del CERA. Hurgándose los oídos, buscando. He estado charlando con un colega mío sobre este tema del CERA. Le he preguntado que cómo cree que va a afectar ese escaño que ha rascado el PP en Madrid, que claro, que ahora al PSOE no le basta con la abstención de Junts, que ahora necesita su Sí. Ha contestado, muy solemne, que cerá o ceró. Un gran análisis.
Se le pone la cosa jodida a Sánchez, es cosa compleja el intentar vender una bicicleta sin manillar como una Harley Davidson. Pero claro, que se le ponga empinada la situación al del Peugeot es el equivalente a nuestro “pues ni tan mal”. Otro día más en la oficina para alguien que es capaz de intentar venderle a su abogado al que le está a punto de matar. Hacer pronósticos sobre Perro y sus posibles movimientos es como apostar por el Betis; acertar será fruto de la más estricta casualidad. Lo único seguro es que su oportunidad pasa por un tipo que huyó de la Justicia del país que pretende gobernar, y que, si éste decide que le apetece colaborar en el espectáculo de funambulismo, la cosa promete durar menos que la declaración de independencia.
Lo más sensato sería repetir las elecciones, pero también lo más probable es que lo más sensato sea la última opción. Por supuesto, nadie nos garantiza que un nuevo proceso electoral sirva para resolver este entuerto polarizador en el que vivimos. Dos Españas dividas en varias subEspañas, en subEspañas que niegan ser España, en Españas que son tan españolas que no quieren saber nada de las otras Españas.
El PNV no quiere elecciones porque Bildu ya les ha comido media tostada y ahora va a por la otra media y a por el café. Pero cuidado, que pronto tienen sus comicios propios y no les viene nada bien estar participando en la misma orgía. ERC y Junts tampoco quieren urnas. Anduvieron justos el pasado 23J. Rufián está loco por coger escaño y Puigdemont dudo que quiera dejar pasar la oportunidad de ser importante. El PP ganó, pero la pértiga de las expectativas los dejó a punto de llegar a la orilla. Ahora una de las que remaba habla de puentes y de gente a la que se tira, de lo terrible que sería que alguien se despeñara río abajo. En Vox andan repitiendo lo de que el voto útil es cosa de Federico, del ABC o, incluso, aunque no se atreven a decirlo, de Soros. Se estrujan el cerebro para repartir culpas entre los enemigos y rezan para que no haya que volver a hacer campaña. Me comentan que escasean ya las ideas para las lonas. Barajan una en la que ponga: “O votas a Vox o eres un cobarde, un perroflauta o un maricón. Y no sé qué es peor”. Están ahí dándole vueltas, dicen que está un poco verde. Yolanda, como buena motomami, está jodida con la ruptura de la Rosi. Ah, y haciendo corte de mangas mirando hacia Galapagar. Ay, la Patria. Animada, ingobernable, con ganas de juerga. Lo mejor es que para Sánchez todo este jaleo es como estar de vacaciones. Y sin el como. Cerá o ceró.
EL POYETE
Sevilla, 2001. Caballo de carreras de fondo, escritor de distancias cortas. Periodista, bético, sevillano.