Abogados de la familia del soldado sevillano muerto en Cerro Muriano: “No se cumplieron las normas de seguridad”
El despacho de abogados de la acusación particular del soldado Carlos León que murió ahogado el pasado 21 de diciembre en unas maniobras en un pantano en la base de Cerro Muriano (Córdoba) ha emitido un comunicado en el que informan que interpondrán un recurso de apelación sobre la decisión del juzgado de instrucción número 4 de Córdoba de inhibirse a favor de la justicia castrense que impone penas distintas a las de la justicia ordinaria.
En este comunicado los abogados del despacho ‘Luis Romero y asociados’ adelantan también que ampliarán la denuncia para solicitar la imputación de los dos tenientes que dirigían la maniobra junto al capitán.
Por otro lado, en respuesta de algunas informaciones erróneas publicadas, se aclara que el militar fallecido “sabía nadar perfectamente” y que consideran que “existió una falta de diligencia debida tanto por parte del capitán como por los tenientes y los jefes de la cadena de mando que debían de conocer y haber autorizado los ejercicios en dichas circunstancias, además de haber reconocido el capitán que ya había llevado a la práctica los mismos sin las más elementales medidas de seguridad”.
Aseguran desde el despacho de abogados que resulta “claro y patente que no se cumplieron las normas de seguridad e higiene en el trabajo ni hubo un plan de prevención de riesgos”. El comunicado también aclara que “no había línea de vida, sino una cuerda guía” la cual fue “instalada por dos sargentos que reconocieron que no era una línea de vida y que además no estaban cualificados para ello”.
A lo anterior, el comunicado añade que “el agua del lago artificial estaba próxima a la congelación con una temperatura exterior de 2-3 grados centígrados” sobre ello detallan que “varios militares han manifestado que tenían las mandíbulas bloqueadas y no podían ni hablar, teniendo dificultad para nadar”.
Según afirma la defensa de la acusación particular “el agua estaba turbia y en el fondo había fango, con profundidades de 3 metros o más y poca visibilidad”. Prosigue el comunicado enumerando supuestas irregularidades del día del suceso como que “no había medidas de seguridad y salvamento: ambulancias, médicos, enfermeros, salvavidas, lanchas…”. “Diversos testimonios aseguran que desde el primer momento que entraron en el agua los 15 soldados más los cabos, sargentos y tenientes, se comenzaron a oír los gritos de ¡Socorro! ¡Me ahogo!”
El comunicado termina con una aclaración más en la que supuestamente “varios militares advirtieron al capitán que no se daban las condiciones para practicar dicho ejercicio y que era mejor dejarlo para otro momento. El capitán dijo que seguirían adelante a pesar de las circunstancias adversas y de que la tropa se había levantado ese día a las 05.00 horas y habían practicado unos ejercicios muy duros ese día y en los anteriores.”
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