Un gato-robot hace las delicias de la clientela en una venta de Arahal

- El autómata sirve las mesas de la Venta El Reondón, pide que le rasquen en las orejas y está programado para que cante canciones como el cumpleaños feliz
- Los niños lo siguen entusiasmado mientras les pide educadamente que se quinten de su camino

Cuando llegas a la Venta El Reondón, en término municipal de Arahal, sale a tu encuentro un gato robot que te pide paso y lleva en su espalda tres bandejas con platos de comida y bebidas. Todavía no tiene nombre, aunque lleva poco más de un mes en el establecimiento. Pero se ha convertido en el camarero más popular. Los propietarios aseguran que «les hacen más caso que a uno».
En La Venta El Reondón todavía no le han puesto nombre a su gato-robot, así que aceptan propuestas. La máquina realiza varias funciones y se ha convertido en motivo de entusiasmo para los más pequeños. Y eso que han decidido no añadirle la opción de interactuar con el público. «Los técnicos que vinieron a programarlo no lo recomendaron porque si lo haces, no lo dejarían trabajar», explica Benjamín Guillena, uno de los responsables del bar de comidas.
Los fines de semana está lleno a rebosar, ya antes de llegar el robot iba mucha gente por sus comidas caseras, platos combinados y buen servicio. Pero la presencia del robot ha sido una llamada de atención para que lleguen visitantes de toda la provincia.
Gato-robot: «Me pican las orejas»
«Vamos, vamos, quítate de en medio», dice el gato a la mínima que encuentra un obstáculo en su camino. Tiene muchas frases pero la que más gusta a los clientes es cuando anuncia que le pican las orejas en el momento que se acerca a dejarles el pedido. Y dicho y hecho. El cliente se las rasca y, en ese momento, en la pantalla aparece como el gato cierra los ojos con satisfacción.

Los propietarios han organizado las mesas en el interior y en la terraza dejando un lugar libre entre las sillas para que el robot pueda acercarse. Los platos o bebidas van en las tres bandejas que lleva en la espalda. El camarero que está en la barra programa el robot en función a la mesa desde donde se haya hecho el pedido. El cliente recoge lo que le corresponde y el robot sigue su camino.
Si por el camino se encuentra con clientes que no lo dejan pasar, no tarda en reivindicar su espacio: «No me dejas pasar», dice. Para dar las gracias en cuanto tiene el paso libre, al igual que agradece que quiten de las bandejas el pedido.
Cumpleaños feliz
Los niños que están ese día en la venta siguen al gato y no dejan de tocarle las orejas. Y se hartan de reír cuando sale de la barra cantando cumpleaños feliz a una de las clientas que, junto con su familia, celebra su día especial. «Hay gente que viene sólo para verlo», cuenta Benjamín.
La Venta El Reondón está situada en unos 6 kilómetros en la carretera de Arahal dirección El Coronil (SE-5204). Abierta desde 1992, está regentada por Benjamín y su hermano. En la actualidad la atienden siete camareros y tres cocineras y no dan a basto, sobre todo los fines de semana.
A su carta con diez platos y más de treinta tapas diferentes, y días de carne a la brasa que cocinan en una barbacoa en el exterior, a la vista de la clientelas, se suma ahora el encanto de un robot. De momento, no tiene nombre, cada uno lo llama como quiere. Pero lo que está claro que su presencia ha llegado para revolucionar el servicio.
Redactora de El Pespunte.
Periodista sevillana con más de 30 años de experiencia. Fundadora y CEO de AionSur durante 10 años. Especializada en reportajes agrícolas y sociales en la provincia de Sevilla.