Silos convertidos en murales, edificios culturales, empresas… o abandonados a su suerte
El primer edificio que se ve cuando entras en Herrera, por el desvío de la A-318, es su antiguo silo. Poco más de un año sin pasar por este municipio y los cambios asaltan la mirada del visitante. Este gran edificio que es típico en muchos pueblos de España, de mediados del siglo XX, está mimetizado la mayoría de las veces con el entorno rural. Sin embargo, los ayuntamientos hace ya unos años que intentan cambiar su fisonomía, incluso su uso.
Herrera, un municipio de la Sierra Sur, ha convertido su silo en un gran lienzo para el pintor de Mollina (Málaga), Manuel Moreno Guirao. El joven artista ha creado una obra relacionada con el mismo entorno rural. Por eso, sus paredes reflejan imágenes de trabajadores, de mujeres en el río, de abuelos con sus nietos.
Murales
Hay quien ha comparado al joven pintor con el artista callejero londinense Banksy, quizás sea porque su pintura queda plasmada en los exteriores de edificios y fachadas. Manuel Moreno Guirao confecciona grandes murales que engrandecen un paseo por cualquier calle. En mayo de 2022 fue el ganador del Concurso de Graffiti convocado por el Departamento de Juventud de La Roda (Albacete), entonces su mural lo tituló ‘Don Quijote y Sancho por la Roda’.
También ha realizado un gran mural que cubre toda una pared del IES José Saramago en Humilladero (Málaga) donde dibujó a una anciana sentada en una mecedora. Y otro en la Universidad de Málaga, en este se puede ver el torso y rostro de una mujer con los brazos abiertos y una paloma en cada mano.
En Herrera, la pintura ha transformado por completo el edificio que data de 1949. Está junto al único colegio de Primaria de la localidad, el CEIP Virgen de los Dolores y rodeado de instalaciones deportivas.
Catedrales de los pueblos
Los silos en España nacieron en la posguerra, después de aprobarse el Decreto-Ley de Ordenación Triguera. Su objetivo era intervenir la producción del trigo por parte del Estado. A partir de ese momento, los agricultores se vieron obligados por sucesivas normativas a vender sus cosechas al Estado. Así se eliminó el libre mercado. Incluso, conforme pasaban los meses, las normativas al respecto se fueron endureciendo hasta el punto de obligarlos a declarar bajo juramento las siembras y a precisar unas guías especiales para el transporte del grano.
Lo cierto fue que la actividad en torno a estas construcciones supuso una presencia importante en los pueblos en aquellos años. Los silos fueron construidos en las afueras de los cascos urbanos o en el perímetro de las últimas construcciones de la época. Y su actividad llenó los recuerdos de muchos vecinos antes de empezar a desaparecer. Esto sucedió después de que España firmara el Tratado de Adhesión a la Unión Europea (UE) en 1985. A principios de 2014, el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), del Ministerio de Agricultura, puso a la venta su Red Básica de Silos y Graneros.
En Sevilla hay 34 silos de la Junta de Andalucía repartidos por toda la provincia. En casi todos los pueblos de la comarca hay uno, como en Osuna, Fuentes de Andalucía, El Coronil, Lebrija, Paradas, Morón de la Frontera, Carmona, Arahal, Herrera, Écija, entre otros. La mayoría de estas edificaciones están abandonadas, deterioradas por falta de mantenimiento, aunque hay ayuntamientos que han apostado por reutilizarlas.
Proyecto pionero
En un recorrido por parte de la provincia de Sevilla, sin duda hay que destacar el proyecto pionero de Fuentes de Andalucía que fue reconvertido en un espacio cultural y juvenil. Ha sido el primer silo de España reutilizado como infraestructura al servicio de la sociedad. Se ha aprovechado para interpretar el paisaje circundante, así aparece en la guía de Turismo Sevilla. Cuando se inauguró, el objetivo del Ayuntamiento de la localidad era que el edificio, hasta entonces abandonado, diera cabida a la “inventiva, la creación y las ganas de construir un municipio moderno a través de la cultura, poniendo especial énfasis en la juventud”.
Actualmente, el silo fontaniego es una atracción turística a la vez que cultural. El visitante puede hacer el mismo recorrido que hacía el trigo hasta llegar a dos grandes miradores con unas vistas espléndidas de la campiña sevillana. También asistir a las actividades organizadas en un espacio joven adecuado en las naves laterales. En su entorno han construido una plaza pública para organizar conciertos, aparcamientos para autocares y vehículos. Y un servicio de consigna y una tienda, además de contar con accesos para personas discapacitadas.
Un silo para animales
En Morón de la Frontera el silo está situado en las afueras del casco urbano, al pie de la carretera A-8125, en una parcela de 3.600 metros cuadrados. Un cartel anuncia en la entrada que está “prohibido arrojar basuras o escombros bajo multa de 603 euros”. Como la mayoría de estas construcciones, dan la bienvenida al visitante con su presencia callada desde hace más de sesenta años. En este caso, de momento abandonado a su suerte.
Antes de la pandemia de covid, el Ayuntamiento de Morón tenía proyectado adaptar el edificio para que sea un Centro de Acogida de animales domésticos. En la localidad hay varias asociaciones que trabajan desde hace años en la recogida de animales de la calle. Pero este proyecto es el segundo que intentan poner en marcha en el silo moronense.
La Junta de Andalucía cedió el edificio para adaptarlo como parque de bomberos años antes. Finalmente en 2017, el Consistorio destinó a este fin otro terreno junto al polígono industrial Juan Macho por lo que tuvieron que volver a pedir el cambio de uso. Pero lo cierto es que en abril de 2024, la situación de la edificación no ha cambiado.
Un edificio para la policía
En Arahal, la nave conjunta al silo es sede de la Policía Local desde 2010. Antes albergó el servicio de Andalucía Orienta. El silo sólo se utiliza de archivo y para la instalación de antenas de telefonía móvil, su interior sigue sin restaurarse, se conserva tal como lo dejaron, con el deterioro que el paso del tiempo deja en su interior.
Según los datos que se conservan en el Archivo Municipal, en 1955, el solar, de 5.199 metros cuadrados, fue cedido para la construcción de un granero al Servicio Nacional de Trigo. Así figura en un acuerdo plenario del 31 de diciembre. En este mismo acuerdo, expone que 972 metros cuadrados del terreno cedido fueron “innecesarios” por lo que se devolvieron al patrimonio municipal. Volvió a ser propiedad del pueblo el 12 de septiembre de 2006, cedido por la Consejería de Agricultura tres años después de haber sido solicitado, también por acuerdo plenario.
El silo más caro
En la provincia de Sevilla, algunos han vuelto de alguna manera a ser usados para su actividad originaria. En Marchena, hay dos edificios de estas características, muy cercanos entre sí. Uno de ellos fue cedido por la Junta de Andalucía al Ayuntamiento. En la actualidad sirve de almacén municipal, es el que está situado en la carretera de Paradas.
El segundo, con una superficie de casi 16.000 metros cuadrados, fue adquirido por el grupo empresarial Algosur a finales de 2018. El Estado español lo subastó junto con otros 27 silos a través del Fondo Español de Garantía Agraria (Ministerio de Agricultura). Curiosamente, el de Marchena fue el que se tasó más caro de los existentes en la provincia de Sevilla. Alcanzó casi un 1,2 millones de euros.
El objetivo de esta empresa era incluirlo en un plan industrial de almacenamiento de quinoa, su “arroz inca”. Es un cultivo que introdujeron en el mercado sevillano en 2007. De hecho, antes de llegar a Marchena, Algosur recuperó el viejo silo de Las Cabezas de San Juan en su expansión por varias comarcas agrarias de la provincia.
Redactora de El Pespunte.
Periodista sevillana con más de 30 años de experiencia. Fundadora y CEO de AionSur durante 10 años. Especializada en reportajes agrícolas y sociales en la provincia de Sevilla.