Samba pa Ti
En noviembre de 1975, a la muerte de Franco, el abajo firmante tenía catorce años. Aquellos años, tan sombríos para algunos y tan llenos de esperanza para los demás, fueron, sobre todo, musicales. Había fiestas por todos lados, a veces con orquestas, pero casi siempre con un simple tocadiscos. El programa solía ser parecido: primero música ligera para bailar suelto, después sevillanas y, por último, música lenta, el momento de «bailar agarrado». Justo ahí, cuando las luces se atenuaban y muchos empezábamos a ver el culo del vaso, llegaban a la fiesta temas como Samba pa Ti.
Carlos Humberto Santana Barragán —el verdadero y largo nombre del guitarrista Carlos Santana— nació el 20 de julio de 1947 en Autlán de Navarro, en el estado mexicano de Jalisco. Su padre y su abuelo paternos eran músicos, así que estuvo en contacto con este arte desde su nacimiento. Carlos era el cuarto de siete hermanos. Aprendió pronto a tocar el violín, el mismo instrumento del padre —intérprete de mariachis—, pero a los once años, coincidiendo con el cambio de residencia de la familia a la población fronteriza de Tijuana, se decantó por la guitarra: con ella podía ganarse un dinero con los turistas estadounidenses y buscar una voz propia. En 1961 la familia emigra a San Francisco (EE. UU.) y es allí, en contacto con las variadas tendencias artísticas que bullían en la ciudad, cuando Carlos se acaba de formar. Aún es muy joven, catorce años, pero ya sabe bien lo que quiere: vivir de la música. Eso, sin embargo, es muy difícil y estudia el bachillerato mientras trabaja fregando platos para poder llevar algún dinero a casa. Toca la guitarra en la calle, con amigos, donde puede, y asiste a todas las actuaciones posibles. Precisamente en uno de esos espacios para conciertos que frecuentaba como escuchante, y cuando ya sus dotes musicales y su estilo habían llamado la atención de un agente artístico —Stan Marcum—, tiene lugar uno de los primero saltos importantes de su carrera. Fue en 1966, cuando Carlos tenía ya diecinueve años. Una de las bandas programadas en una matiné del salón del promotor musical Bill Graham —el Fillmore West Club, hoy día The Fillmore—, se cae del cartel y Graham improvisa rápido una formación en la que incluye al joven Santana por indicación de Stan Marcum. Ese día Carlos deslumbra al exigente público y al mismo Graham con su capacidad de improvisación y la calidez de su música. A partir de ahí nace su primera banda más o menos estable: la Santana Blues Band. Tres años después, y una vez agregados creativos percusionistas latinos, vino el salto de su participación en Woodstock y, al año siguiente, la grabación de su LP Abraxas, que incluye Samba pa Ti.
El tema, instrumental, posee un sugerente tempo lento. Las primeras notas de la melodía nacen perezosas, demoradas, como si hubieran sido concebidas a la hora de la siesta. Según palabras del propio Santana recogidas por Corbin Reiff en 2015 —pueden leerse en 45 years ago: Santana deliver a latin rock masterpiece, ‘Abraxas’—, el tema surgió mientras escuchaba a un saxofonista callejero que intentaba tocar bajo la ventana de su apartamento un domingo por la tarde. Santana quería dormir, se encontraba muy cansado después de un largo viaje, y no podía conciliar el sueño, aquel hombre —alcoholizado— no le dejaba: mantenía una lucha terrible entre las ganas de tocar el instrumento y de dar tragos a la botella que guardaba en el bolsillo trasero del pantalón. Resulta llamativo que la contemplación del fracaso vital y artístico de aquel músico, incapaz de dejar la botella para centrarse en la interpretación, inspirara una canción tan rotunda como esta, en la que no resulta complicado encontrar ecos de un saxo tenor en sus notas iniciales. El tema surgió ahí, en un momento de cansancio, lucidez e inspiración, y lleva cincuenta años emocionándonos.
(Los que deseen tocarla y no la sepan tienen a su disposición los acordes en muchas páginas de Internet. Son muy fáciles: G – Bm – Em – Am7 – D – Am repartidos por las tres partes del tema. Otra cosa es conseguir transmitir la ternura que contiene).
En la imagen, y de izquierda a derecha, Carlos Santana, José «Chepito» Areas y Michael Carabello (woodstock.fandom.com).
Víctor Espuny.
CUADERNO DEL SUR
(Madrid, 1961). Novelista y narrador en general, ha visto publicados también ensayos históricos y artículos periodísticos y de investigación. Poco amante de academias y universidades, se licenció en Filología Hispánica y se dedica a escribir. Cree con firmeza en los beneficios del conocimiento libre de imposiciones y en el poder de la lectura.