Un monumento a la fiesta del alma
No se puede calificar con mejor nota la macrofiesta que Álvaro Moreno organizó en torno a la apertura de la segunda tienda en su villa natal, Osuna.
Una tienda con alma que vio cómo se organizó a sus plantas un desfile con alma en el que se entregaron unos premios con alma y en el que desfilaron modelos con alma.
Presentado el desfile por Manuel Lombo, comenzó con un reconocimiento a las Hijas de la Caridad de Sevilla por su labor diaria y constante realizada en el barrio del Pumarejo en su residencia de mayores y en el comedor social que alimenta diariamente a más de medio millar de personas. Ellas son beneficiarias del proyecto «Mantas con alma» que tanto ha calado en la sociedad sevillana.
Le siguió un fantástico desfile en el que presentó la colección otoño-invierno a través de modelos de las asociaciones Down de Sevilla y Córdoba y las asociaciones locales AMFO, Centro de Día Nuevo Reto, MIMO y Paz y Bien, entre los que se encontraba nuestro querido Juan Ignacio Hidalgo, quien se ha unido a la plantilla de Álvaro Moreno y que atenderá en el nuevo punto de venta situado en la Plaza Mayor.
Con un Álvaro Moreno tremendamente emocionado y que no fue capaz de articular palabra alguna, las sorpresas siguieron y no sólo hubo cante del bueno procedente del Polígono Sur de Sevilla, sino que nuestro paisano Manuel Cuevas también quiso mostrarle con su poderosa voz su agradecimiento y el de todo el pueblo, amén de baile de muchos kilates sobre las tablas. No sólo se le llegó a pedir que una calle o una plaza llevase su nombre, sino que habría que hacerle un monumento.
Finalizó el espectáculo con lo único artificial que hubo en todo el día y toda la noche: fuego; porque no se pudo poner tanta verdad encima de una magnífica pasarela enclavada en un escenario único.
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