5000 periódicos de cuatro continentes conforman la hemeroteca del joven periodista Gonzalo Cornejo en Herrera
“La primera vez que visioné microfilms en la Hemeroteca de Sevilla, creía que estaba en un capítulo de Cuéntame”. Gonzalo Cornejo es un joven periodista herrereño que se enamoró de la conservación de prensa gracias a Carmen Espejo, una de sus profesoras durante el Grado de Periodismo.
Antes de aquella primera vez, ya coleccionaba portadas reseñables de periódicos. Sin embargo, con el paso del tiempo, Gonzalo fue recopilando cada vez más ejemplares. La gran mayoría, gracias a sus padres. Otra forma de adquisición ha sido comprarlos en mercadillos populares o tiendas especializadas durante su estancia en Barcelona y Madrid. Por otro lado, cuando a Gonzalo le interesa alguno en cuestión, contacta con los amigos que tiene repartidos por la geografía española. “Tengo deudas en todos sitios”, declara irónicamente.
También, algunos conocidos del herrereño y conscientes de su colección, suelen regalarle varios ejemplares del país al que viajan de vacaciones o donan los diarios antiguos que pertenecían a sus familiares ya fallecidos. “Me dicen que yo los voy a cuidar mejor. Eso, aunque parezca una tontería, me supone una responsabilidad y la llevo a cabo. Los guardo en plastificadores y, después, en cajas de plástico para conservarlos mejor”.
Esta “pequeña” hemeroteca cuenta con 5000 ejemplares, aproximadamente, sólo de periódicos. Entre ellos hay multitud de idiomas: español, francés, portugués, alemán, neerlandés, hebreo, chino, ruso, árabe… Estos millares de diarios abarcan cuatro de los cinco continentes. “Sólo me falta algún ejemplar de Oceanía”, detalla entre risas. Y son más de 115 las cabeceras distintas que se pueden encontrar, algunas de ellas ya desaparecidas. “Lo más antiguo que tengo, quizá sea de las elecciones de 1933 en la Segunda República”. A todo ello hay que sumarle también una gran variedad de revistas (políticas, humorísticas, económicas, religiosas…) que aumentan las cifras anteriores.
Gonzalo, el pasado mes de junio, quiso interrumpir la acumulación de prensa. “Me quedo ya sin sitio e iba a guardar los que considerase de gran interés informativo o histórico, pero mi padre me ha dicho que siga guardando y que, cuando ya no entremos por la puerta, veremos lo que haremos”, comenta mientras ríe.
El herrereño muestra orgulloso su colección y, mientras respira olor a periódico y lee algunos titulares antiguos, viaja a años, décadas o, incluso, siglos atrás. Esta hemeroteca local de prensa, oculta y solo para deleite de su coleccionista, podría ser en el futuro una visita obligada en Herrera. “A mí me encantaría que en mi pueblo hubiese una hemeroteca pública para que la consulten y disfruten mis vecinos y todos los interesados, claro que sí. También sería un buen servicio, creo yo, para los futuros investigadores y estudiantes. Tengo un pequeño tesoro y no me importaría compartirlo. Pero eso implica unas estructuras y unos recursos económicos que ahora mismo, lógicamente, no son prioritarios”. Por ahora, y mientras llega ese momento, cuenta con una página de Facebook (Hemeroteca Cornejo Gómez) donde publica algunas imágenes de su colección.
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