175 años entre el sueño de 42 personas y la realidad de 800 socios
Con una salud de hierro, como las columnas que embellecen el patio central, el Casino de Osuna se encuentra celebrando su 175 aniversario.
No se trata de un acontecimiento baladí, puesto que no solo es el Casino más antiguo de la provincia, como se venía diciendo, sino que también hay que incluir a la capital, puesto que el Labradores data de 1859 y el Mercantil de 1868, 11 y 20 años más modernos que el ursaonense. Y no seríamos pretenciosos al asegurar que el Casino de Osuna es el segundo más antiguo de Andalucía en activo, solo por detrás del Casino Gaditano, fundado en 1844, 4 años antes.
El de Osuna puede presumir de poseer un edificio con cierto aire colonial con una luminosidad que entra desde el patio central a todas sus dependencias; de una biblioteca que posee, entre otros ejemplares, un valiosísimo Quijote editado en 1880 y conservado a la perfección; de transmitir una tranquilidad pasmosa; de disfrutar de una privilegiada cristalera por donde se ve la vida de Osuna… pero de lo que más puede presumir es de los casi 800 socios que conforman una masa social nada desdeñable en una población de aproximadamente 17.600 habitantes. Más aún si cambiamos la palabra socio por familia.
Segunda vivienda para numerosos jubilados que alargan su vida en sus salas de juego, lugar de encuentro para los aficionados que quedan para ver jugar al equipo de sus amores, escenario que ha visto nacer amores en sus salas de bailes, sala de conferencias abiertas a todas las asociaciones de Osuna, diana en la que los turistas clavan sus miradas, sala de lectura placentera, azulejería que por sí sola constituye una obra de arte, ventilador icónico, reloj al que se le intenta ralentizar las manecillas para retrasar la llegada de la parca, restauración donde casan a la perfección la sencillez de una patata frita y el suculento jamón. Esto y mucho más es el Casino.
Nacido en plena guerras carlistas, en una Osuna que vería la luz eléctrica 50 años después, el Casino fue pionero en colocar su caseta en la Feria de 1888, acogió como socio a Francisco Rodríguez Marín en 1882, vio nacer a sindicatos en su seno, fue requisado en 1938 para su uso como Hospital durante la Guerra Civil y sus socios rinden ‘culto’ a la diosa romana Ceres, diosa de la agricultura y la fertilidad, quien lleva dando la bienvenida a todo visitante o socio desde 1892.
La actual directiva, presidida por Manuel Serrato desde 2021, se propuso convertir al Casino de Osuna “en una referencia social y cultural”, pensando no solo en el presente, sino en el futuro. Para ello, había que modificar numerosos aspectos. Transformaron el “Otoño Cultural” en un “Ciclo Cultural Anual”, programando actividades de toda índole para todas las edades; han practicado reducciones de cuotas a los socios transeúntes y a aquellos que cuentan con más de 50 años en su seno. Y en el centro de todo han situado al socio, anteponiendo el bien general a intereses particulares y han tenido el refrendo, puesto que la cifra actual de socios, casi 800, es el número más alto de inscritos que la sociedad ha tenido en sus primeros 175 años de vida. Además, la directiva se enorgullece de haber recibido la visita y disfrutado de una conferencia de Pedro José González-Trevijano, por entonces presidente del Tribunal Constitucional, la máxima autoridad del Estado que ha visitado este Casino, quien ocupaba el puesto número cuatro en el orden de precedencias de autoridades políticas y judiciales del Estado.
Casino de Osuna, el sueño de cuarenta y dos socios en la mitad del siglo XIX, un lugar descrito por Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico-Estadístico de España y sus posesiones de Ultramar (1846-1850): “decentemente amueblado, donde los socios concurren a recrearse en las honestas diversiones de leer periódicos políticos y literarios, jugar al tresillo y otros juegos permitidos por las leyes”. Casino de Osuna, uno de los baluartes y emblemas históricos y activos de esta siempre sorprendente Villa Ducal.
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