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Wellcomen Herr Ratzinger

Wellcomen Herr Ratzinger

Queridos ursaonenses:
Parafraseando al maestro Berlanga y su Bienvenido Mr. Marshal, expongo mi opinión acerca de esta visita.
Sé que voy a recibir fuertes críticas y puede que también aplausos, que a nadie dejaré indiferente. No me preocupa. Yo pienso así y así lo expreso. Dicho queda.

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Confieso que no me gusta la Iglesia Católica. Y no me gusta, sobre todo, por su doble o a veces, múltiple moral a la hora de enjuiciar y valorar los hechos, empleando patrones de otros tiempos, para acontecimientos de éstos, o como hacen los judíos, (no todos, afortunadamente) utilizando los textos “sagrados” al pié de la letra, como si fueran la escritura de un notario, o en sentido figurado, según convenga, pero siempre, a beneficio de inventario.

Quizás la causa de todo, esté en que tras un discurso esencialmente espiritualista, se esconda lo que realmente persigue: PODER. Un poder por encima de fronteras, pueblos, lenguas o ideologías políticas.

Nunca entendí la tibieza de los discursos papales, en aquellos viajes a Centro y Sudamérica donde se da tanta riqueza y tanta miseria y tan próximas. Discursos que no hacían más que hablar de caridad, pero nunca de justicia. Todo eso en una tierra donde nació la Teología de la Liberación y que el Vaticano condenó al ostracismo sobre la marcha. De África tres cuartos de lo mismo, etc. etc. Poder, poder, alianzas para y con el poder. No importa con quien. Aquí si que se cumple la máxima de Nicolás Maquiavelo: El fin justifica los medios.

Hay un ejemplo absolutamente ilustrativo:
Tras la muy extraña muerte de Juan Pablo I (se dice que al día siguiente tenía previsto grandes cambios en el Instituto de Obras Sociales del Vaticano= Banco Vaticano), se nombra por vez primera un papa no italiano: el arzobispo de Cracovia. Inmediatamente, la Secretaría de Estado norteamericana, crea e instala una oficina en el Vaticano, con poderes, personal y presupuestos especiales. A partir de ese momento se van desarrollando los acontecimientos de los astilleros de Danzing, provocados por el sindicato católico Solidaridad. Todos estos movimientos culminaron con la salida de Polonia del bloque comunista. El resto de los estados incluida Rusia, le siguieron de forma vertiginosa, hasta la total caída del bloque. Fue un efecto dominó.

En 1945, en Yalta, los que ganaron la 2ª Guerra Mundial se repartieron Europa, y cuando ante una propuesta-casi imposición de Estalin, preguntó Winston Churchill: ¿Qué opina de ésto el Vaticano? Le respondió Estalin con otra pregunta: El Vaticano… ¿Cuántas divisiones tiene? Pues vean lo que se puede hacer sin un solo tanque.

Dice mi amigo Currito, que la Iglesia Católica es el único partido político donde el más bajo de la escala, es universitario.
Claro que habrá que preguntarse, de qué Iglesia estamos hablando. Porque existe otra en los barrios marginales de las grandes ciudades, que lucha con el infierno de la droga, del paro y la pobreza extrema, que nada tiene que ver ni con Rouco Varela, ni con el Opus Dei, ni con la calle Serrano ni con su gente ideal y fenomenal. Claro está que esos párrocos no estarán en la tribuna de invitados.

Esto es como lo del fútbol; por un lado está la liga de las estrellas, a la que le televisan todos los partidos, y nos quieren hacer creer que es un deporte, cuando en realidad es el negocio de unos cuantos ricos que pagan muchos pobres, y por otro lado, están los verdaderos deportistas, en los que no hay diferencia entre lo que hacen y lo que dicen que hacen, entre la teoría y la práctica, y desde luego con cargo al bolsillo propio.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 42% de los españoles son católicos, aunque sólo son practicantes el 12%.

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Por otro lado, la visita del papa no es “oficial”, es decir, no es la visita de un Jefe de Estado, en respuesta a la invitación de nuestro Jefe de Estado o de Gobierno, sino una visita “pastoral”, léase la que el pastor realiza para conocer de cerca el estado de sus ovejas, (y ya puestos, supongo que también las del vecino).
Pues bien, el casi 60% de los españoles, que según el INE no somos católicos, vamos a pagar la seguridad, los desplazamientos y el largo etc. que le cuelga, de una visita (repito) pastoral, que no ha pedido nadie, en unos tiempos de penuria económica, social y cultural, que habría que remontarse a los años 50 para encontrarle parecido.

Escribo esto, antes de que se produzca la visita, y ni siquiera sé si se publicará, pero estoy seguro de que, amparado en la cobertura mediática del evento – nunca mejor dicho lo de cobertura-, un gobierno con la trayectoria, el presente y el futuro de éste, (y encima con los días contados), con los poderes fácticos que gravitan sobre nuestras cabezas, con las “reformas” económicas y sociales que con cuentagotas nos han metido, nos están metiendo y nos meterán, y para remate del tomate, la reaparición del Real Madrid y el Barcelona, (ríanse ustedes del Cordobés, El Lute y la Demostración Sindical) repito, este gobierno con la “cobertura” de este pastor, en pocos días, nos va a meter nuevamente, cien cabras por una linde.

José Mª Sierra Pérez

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