Viva Andalucía libre y con gracia


Acabamos de celebrar el Día de Andalucía, el 45 aniversario del referéndum autonómico del 28 de febrero de 1980, donde los andaluces expresamos libre y democráticamente la voluntad de luchar por las máximas competencias de autogobierno dentro del Estado español. Quisimos igualarnos a los catalanes y vascos, sin complejos.
Ese año, el Gobierno de España de Unión de Centro Democrático y la derecha andaluza propuso una autonomía restringida, la vía del artículo 142. El Gobierno preautonómico andaluz de izquierda se manifestó en contra y a favor del artículo 151 con máximas competencias. Votar tuvo gracia y dificultad. La pregunta fue:
¿Da usted su acuerdo a la ratificación de la iniciativa prevista en el artículo ciento cincuenta y uno de la Constitución a efectos de la tramitación por el procedimiento establecido en dicho artículo?
Más de uno la leyó y se fue a su casa a meditar la respuesta; no se enteró de nada. Fue parte de la estrategia de la derecha para que fracasara esta vía de máximos de autonomía, pero ganó la dignidad de los andaluces.
Blas Infante está en el origen de nuestra autonomía. Ha sido nombrado Padre de la Patria Andaluza. En 1919, en el Manifiesto Andalucista de Córdoba, afirmó que éramos una realidad nacional, propuso la bandera blanca y verde, diseñó el escudo de Andalucía y compuso la letra del himno, un mensaje lleno de humanismo y de luz. Son elementos que han calado y continúan siendo las señas de identidad del pueblo andaluz.
El himno andaluz tiene la libertad por bandera:
“Andaluces, levantaos,
pedid tierra y libertad…
Sea por Andalucía libre,
España y la humanidad”.
La libertad es un valor de primera magnitud por el que hay que luchar. ¿En qué consiste esta libertad? No es un ente abstracto; se concreta en que sean libres los andaluces, uno a uno. Hay discursos políticos en la actualidad que se llenan la boca con la palabra “libertad”, banalizándola en la libertad de tomarse una cerveza, o como el presidente argentino Milei, que dice que es un atentado a la libertad la obligación de pagar impuestos. Eso para los ricos; el atentado a la libertad de los pobres es no poder comer bien todos los días. Populismos de ricos: el ideal de libertad que no existan direcciones prohibidas en la circulación, ya que ellos viajan en un carro blindado, un tanque.
La libertad, según la RAE:
- Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
- Estado o condición de quien no es esclavo.
Esta última es la más clara.
Mi generación vivió la transición democrática y la protagonizó. Recuerdo que en el año 1974, don Pío Cabanillas, ministro de Información y Turismo de Franco, aperturista, dijo: “Solo un hombre bien informado puede opinar libremente”. Defendía mayor libertad de prensa y fue cesado rápidamente. La libertad tiene que ver con la posibilidad de escoger, porque existen opciones reales y, además, porque se respetan las diferentes opciones y las razones para tomarlas, sea cerveza o irse al teatro. La libertad de expresión es la base de la libertad de pensamiento, porque el pensamiento es manipulable. La libertad es tener opciones y poder elegir de forma responsable, y así pedir responsabilidades, como le ha ocurrido al señor Mazón en Valencia. Podía haber ido al CECOPI, pero decidió irse a comer al Ventorro con su periodista favorita y seguir de sobremesa. Fue libre su decisión y por eso se le piden responsabilidades.
Lo de tener gracia también es importante, aunque no lo haya puesto en el himno Blas Infante. Lo dijo otro ser de luz, el insigne rockero sevillano ya fallecido Silvio Fernández Melgarejo (1945-2001), en una frase de una gran sabiduría:
“La verdad, si no tiene gracia, no le interesa a nadie”.
Yo la he puesto en el inicio de uno de mis libros, La religión en el diván. Es cosa del espíritu. Es decir, no basta con tener razón; hay que tener gracia, duende, para comunicarnos y disfrutar unos de otros. Ser un gracioso es otra cosa: bajo falsas apariencias, fastidian más que entretienen. Siempre pensé que en la sociedad andaluza una ETA nunca habría tenido cabida; algo tan sórdido está totalmente reñido con nuestro himno: “Ser hombres de luz, que a los hombres, alma de hombres les dimos”.
Para los andaluces, la libertad, el arte, la gracia, el duende, la alegría, la luz, el alma humana son cosas importantes y verdaderas. Blas Infante tuvo gracia, armonía en su legado, y por eso está con nosotros. Pero unos graciosos, unos malditos, los fascistas, lo asesinaron en 1936.
¡Vivan los andaluces libres y con gracia!
EL CIBERDIVÁN, LA OREJA DE FREUD.
Psiquiatra psicoanalista impulsó la reforma psiquiátrica “salta la tapia” en el hospital de Miraflores. Fue Director de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Autor de numerosos artículos científicos. Tiene dos libros publicados: Psicoanálisis medicina y salud mental, y La religión en el diván.