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Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).
Las vitaminas inyectables pueden ser una buena idea cuando hay deficiencias muy significativas o cuando el médico nos lo recomienda. Aunque muchas de estas se pueden tomar vía oral, aplicarlas por inyección tiene la ventaja de que se absorben rápidamente y los efectos son más rápidos.
Pero para que el tratamiento sea seguro, es fundamental seguir una serie de recomendaciones en casa. Uno de los puntos clave es usar agua bacteriostática para inyección para reducir el riesgo de infecciones. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber.
Vitaminas inyectables, qué son y para qué se usan
Las vitaminas inyectables son suplementos que se administran directamente en el cuerpo por vía intramuscular, es decir, en el glúteo, en el muslo o en el brazo. Se utilizan, principalmente, cuando hay deficiencias importantes y cuando hay problemas a la hora de tomarlas por vía oral. También se suelen recomendar si se necesita un efecto más rápido.
Algunas de las más comunes son: vitamina B12, complejo B, vitamina C, vitamina D, vitamina E o los cócteles multivitamínicos. Cada una de ellas ayuda y es útil para una serie de cosas, como para tratar la anemia, para mejorar la energía, para reducir el estrés, etc.
Cómo preparar tus vitaminas inyectables paso a paso
Si tu médico te ha indicado que puedes aplicarte tú mismo las vitaminas inyectables en casa, estos son los pasos que debes seguir:
- Lávate bien las manos con agua y jabón.
- Reúne el material que necesitas, como una jeringa estéril, el frasco de vitamina, alcohol y gasas o algodón.
- Revisa los frascos, es decir, la fecha de caducidad y que el contenido esté claro.
- Limpia la tapa de goma del frasco con una gasa con alcohol.
- Introduce la jeringa y aplica la inyección en el sitio indicado.
Si necesitas diluir la vitamina, debes llenar la jeringa con la cantidad adecuada de agua bacteriostática, y después inyéctala en el frasco de la vitamina para mezclarlo.
Consejos para una aplicación segura en casa
Aplicar una inyección en casa puede que te parezca algo complicado de hacer al principio, pero con un poco de práctica se convierte en un proceso sencillo y seguro. Sin embargo, aquí te damos algunos consejos:
- No reutilices agujas ni jeringuillas.
- Cambia el sitio de inyección si te inyectas con frecuencia.
- Desinfecta bien la zona de aplicación antes.
- Hazlo con tranquilidad y en un entorno limpio y bien iluminado.
- Desecha correctamente las agujas usadas, en un contenedor especial o en un envase con tapa.
Señales de alerta y cuándo consultar al médico
Las vitaminas suelen ser seguras, pero hay situaciones a las que debes prestar atención, sobre todo si es la primera vez que vas a inyectarte en casa. Busca ayuda médica si:
- Sientes dolor intenso, enrojecimiento o hinchazón en el sitio de inyección.
- Tienes fiebre, escalofríos o malestar general después de la inyección.
- Sientes picazón, urticaria o tienes dificultad para respirar.
- Si sientes mareos.
Por otro lado, es importante que sepas que no debes automedicarse. Las vitaminas pueden parecen inofensivas, pero una sobredosis puede tener efectos negativos.
Cómo almacenar y conservar las vitaminas inyectables
Si vas a inyectarte vitaminas, debes guardarlas de la mejor manera posible. Guarda tus frascos siempre en el frigorífico, entre 2 y 8º, a menos que el envase diga otra cosa. Por otro lado, anota la fecha de apertura del frasco y no mezcles varias vitaminas en el mismo.
Por último, si ves que el contenido ha cambiado de color, se ve turbio o tiene partículas en el interior, descártalo. Cierra bien los frascos después de cada uso, y sigue todos los pasos anteriores para inyectarte en casa con seguridad. Tu salud te lo va a agradecer.

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