Vigilancia especial de la campaña de verdeo: de patrulla por el campo con la Policía Local de Arahal
Vigilancia especial de la campaña de verdeo: de patrulla por el campo con la Policía Local de Arahal. Son las dos de la tarde y acaba de incorporarse a la Jefatura de la Policía Local de Arahal el turno de los agentes que cubrirán la vigilancia en el campo durante la campaña del verdeo. Dos agentes se preparan para salir. La primera condición que deben reunir es que, al menos, uno de ellos, sepa recorrer los numerosos caminos que llevan a tierras de olivares. Este servicio especial que se denomina Unidad Rural comenzó el fin de semana de 17 y 18 de agosto cuando aún no había comenzado la campaña de verdeo. Las dos novedades de este servicio son que lo han iniciado antes y que se extiende durante los fines de semana.
La organización de esta Unidad Rural este año ha supuesto un sobreesfuerzo para una plantilla muy mermada formada por menos de 20 agentes para patrullar un pueblo de casi 20.000 habitantes, situado en un punto estratégico. Por Arahal pasa la A-92, está instalada la Base Aérea de Morón de la Frontera y, además, una de la factorías de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) que desde hace años cambió se llama Exolum, aunque los lugareños seguirán refiriéndose a ella con el mismo nombre.
Vigilancia especial contra los robos
Los agentes, el día que El Pespunte los acompaña, entran por el camino de Los Puertos, una vereda que atraviesa el término camino de El Coronil. Pero inmediatamente pasan al de La Grana. En este último, hay un puente que cruza la antigua red ferroviaria y, desde el mismo, se puede con prismáticos observar los olivares de toda la zona. Es la primera parada.
A esa hora, los campos de olivos llevan ya unas horas solos, la jornada de verdeo acaba sobre las 12 de la mañana. Y los agricultores han ido ya a dejar las aceitunas en puestos y cooperativas de la zona. El día del recorrido, los campos estaban aparentemente tranquilos después de un fin de semana en el que se habían sucedido los robos, en La Roela, Montefrange, La Grana. Después de ese día han seguido en un olivar que está junto al cementerio, Vereda de Sevilla, Magallanas...
Recién comenzada la campaña, los agentes de esta unidad aprehendieron 240 kilos de aceitunas. Así comenzó septiembre, el día 1 en un olivar cercano a Cordel de Morón, localizaron un vehículo con cuatro individuos. El valor aproximado de los robado fue 600 euros.
“Tenemos que comer”
“Los cogimos un momento antes de salir del camino de servicio, le cruzamos el coche. Si salen a la carretera (la de Arahal El Coronil) ya hubiera sido más difícil”, cuenta el agente. Cuando se les preguntan qué dicen estos individuos a los que se les cogen in fraganti o cuando intentan escapar, la respuesta es casi la misma siempre. “tenemos que comer”. Al igual que los agricultores y sus familias que también comen pero trabajan para hacerlo, les advierte el policía.
Sólo un día después, llegó un aviso porque un coche sospechoso daba acelerones dentro de un olivar. Aquí se aplicó la justicia poética, entraron a robar y el terreno estaba inundado debido a la avería en el sistema de riego. El coche se quedó atascado. En el mismo iba cuatro individuos, uno de ellos mujer, dos salieron corriendo campo a través. La mujer le advertía a su compañero: “Te dije que Arahal estaba muy vigilado”. Todo delante de los agentes, sin el menor pudor.
En el recorrido de la patrulla, pasan por un poste de alta tensión en el que ha colgado carteles advirtiendo de la vigilancia especial del campo y del vuelo de drones. Medidas persuasorias y reales porque la Unidad Rural contará con la colaboración de varias unidades de vuelo de la comarca para vigilar el campo. De manera alternativa y en zonas imprevistas, durante las horas en las que se dan más los robos.
Grupos y mensajes
Incluso de noche, los amigos de lo ajeno vienen al campo. La aceituna de Arahal tiene buena calidad y, este año, al igual que el anterior, los precios marcan índices históricos. Los ladrones, hasta ahora vecinos de distintos pueblos de la provincia, cambian el método porque la vigilancia es continua por parte de los mismos agricultores que no están dispuestos a dejar que se lleven la cosecha que tanto trabajo les cuesta sacar adelante. Los agricultores describen una de las últimas maneras de actuar de la que han sido testigos: “Llega un coche a las tierras, conducido por una mujer, suelta a dos tíos que la llaman cuando han hecho la carga”. A esta mujer la han visto por los caminos de La Roela, donde robaron las bajeras de 70 olivos, entre las aceituna que se llevaron y la que tiraron al suelo, casi 400 kilos.
Hay dos grupos de WhastApp que funcionan en la actualidad, el último están recién creado por la Policía Local. Intentaban con el nuevo depurar el creado el año pasado que reúne a 356 miembros, muchos sin identificar. En una reunión que mantuvieron con los agricultores, donde avanzaron la creación del grupo controlado por los agentes, dijeron que entre las personas sin identificar podía estar quienes informaban a los ladrones.
Los agentes de la Unidad Rural están pendientes del grupo y de las llamadas que reciben avisando sobre coches sospechosos o alguna otra incidencia. Las tardes y noches de los fines los mensajes se reactivan informando sobre robos, lugares afectados, kilos, olivos “faldeados”, o modelos de coches desconocidos que entran en los caminos.
Los campos durante este servicio permanecen tranquilos. Un agricultor se para a hablar con los agentes, alegrándose de verlos. Aunque es una tarde de suerte, nadie por el campo, ni siquiera quienes van a esquilmar el trabajo de otros.
Pagos arahalenses
Los agentes pasan cerca del lugar donde en 2017 descarriló el tren. Junto a los olivares de Martizano y su famoso puente, tierras que colindan con las instalaciones militares y dónde, en más de una ocasión, se han registrado accidentes de aviones. Entran al Cordel de Morón por la carretera de El Coronil, para echar un vistazo por otras lindes sin dejar de estar pendiente de algo que brilla a lo lejos o voces que anuncian cercanía de gente.
Los agricultores incluso han encontrado aperos para realizar los robos, macacos y lienzos que dejan los autores escondidos cuando dan la primera vuelta por la zona buscando olivares cargados y vías de escape. Y culpan a las leyes de este país por no ser más duras. “No tienen nada que perder y sí mucho que ganar. Ni siquiera los detienen ni se les incauta el coche, pueden seguir robando con el mismo vehículo”, dicen.
Los agentes han realizado cinco actuaciones desde que comenzó la campaña, en parte de ellas han evitado el robo por llegar a tiempo. Su presencia tranquiliza pero el campo no tiene puertas y, en Arahal, en los últimos años se han dado las circunstancias apropiadas para convertir el municipio en un foco atractivo para los ladrones.
Nunca es suficiente
¿Dónde va a parar esta aceituna? Eso se preguntan los agricultores. Unas a mercadillos otras tiene cómplices intermediarios que las introducen en la vía legal porque lo robado siempre es más barato y salen ganando.
Es la Guardia Civil, concretamente el Grupo ROCA, el encargo de estas investigaciones. Especializados en delitos del campo, a ellos van a parar los informes de la primera actuación que hacen los policías locales. Es el instituto armado el que abre diligencias. Y también dan vueltas por el campo intensificando la vigilancia en estos días de campaña.
Los agentes de la Unidad Rural siguen durante la tarde recorriendo pagos. Hay momentos en los que salen a las intersecciones de las carreteras comarcales. Su presencia es disuasoria siempre, y tranquilizador aunque nunca suficiente porque la seguridad cero no existe. Pero está claro que la coordinación con los agricultores juega un papel muy importante en esta vigilancia especial. “Como ello nadie guarda sus tierras”, dicen.
Redactora de El Pespunte.
Periodista sevillana con más de 30 años de experiencia. Fundadora y CEO de AionSur durante 10 años. Especializada en reportajes agrícolas y sociales en la provincia de Sevilla.