Unicornios en Osuna
(Fábula a mi hermano Francisco y El Coto de las Canteras)
Y una noche de luna nueva, cuando alhucema y albahaca perfumaban la brisa y sin más candilejas que el titilar de las estrellas, cientos de Unicornios errantes de Eurasia, África, y Confines Siderales, emprendieron una huida guiados por su instinto mágico, hasta llegar al lugar de su descanso. Y allí, se les vieron clavando sus unicuernos en las moles de arenas desapareciendo después ante los ojos humanos.
Fue a la hora justa en que los Osos abrevaban en el lago de la hondonada, situado en lo que hoy es la Plaza del Ayuntamiento de Osuna.
Desde entonces, nadie ha vuelto a ver al Unicornio.
Siglos después, los lugareños despedazaron las moles arenosas en bloques de sillerías con las que construyeron edificios y viviendas hasta que dejaron vacías las entrañas de Las Canteras sin hallar nada en su interior.
Algún viejo cuenta, que en noches de guerras, cuando los hombres y mujeres mueren enfrentados en nombres de la Paz, Religiones, Riquezas, o en pos de la certeza verdadera, se oye un berrido espeluznante allá por La Colegiata y trasponiendo por Las Viñas, como si del mismo Unicornio se tratara.
Y yo lo creo, porque fue el mismísimo Unicornio quien encomendó un día su cuerno a mi hermano Francisco Valdivia diciendo:
– Este es tu cincel. Con el esculpirás las almas de mis ancestros, pero has de saber: las cosas no nacen porque sí ni vienen hechas, las cosas, por muy simples que parezcan, parten de orígenes remotos que conforman el presente, y éste, a su vez, es principio del futuro.
©Inma Valdivia
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Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).