Un domingo muy cofrade
Al terminar la Función se pudieron escuchar unos sones que provenían de la coqueta Plaza de San Pedro que pareció transformarse en una veraniega tarde de Velá. Los miembros del Grupo Joven de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús organizaron un acto de confraternización con la Agrupación Musical que les acompañará este Viernes Santo. Y la velada resultó tremendamente amena porque se dieron todas las circunstancias para que afanoso trabajo de los más jóvenes tuviera el fin deseado.
Llegada la hora, se produjo un éxodo desde la Plaza de San Pedro hacia distintos lugares. Unos fueron para la Victoria, otros para San Agustín y otros para el Convento del Carmen.
En la Victoria, la Hermandad de la Quinta Angustia finalizó su Quinario con oraciones cantadas, la Salve y una saeta que muchos no esperaban. Desde el Convento del Carmen, el Cristo de la Humildad y Paciencia pareció no querer perderse la fiesta de la Plaza de San Pedro y se acercó por allí para acompañar a las Madres Carmelitas hasta el inminente Lunes Santo.
Mientras tanto, el Santísimo Cristo de la Misericordia fue portado por hermanos, devotos, hermanas franciscanas y miembros de las hermandades de Jesús Nazareno y de la Paz en un recogido Via Crucis camino de nuestro Monte Calvario particular. Tras finalizar las últimas estaciones en el interior de la Colegiata, muchos partieron para sus respectivas ciudades en las que estudian, trabajan o viven, otros decidieron irse a sus casas para despedir un magnífico día… y otros se acercaron hasta la Casa de la Cultura para poder disfrutar de la última fase de selección del Concurso de Saetas Carmen Torres que organiza la Hermandad de la Vera Cruz.
En definitiva, un intenso domingo cofrade que hizo las delicias de quien cambió las enaguas de la mesa de camilla por nuestras encaladas calles.
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