Triunfo de la terna al completo en la segunda de feria
Juan José Padilla, Manuel Escribano y López Simón abren la puerta grande de la plaza de toros de Osuna

Tarde entretenida en una plaza de toros de Osuna que presentó de nuevo un gran aspecto en los tendidos con tres cuartos de plaza de público festivo que volvió a presenciar y a constatar el gran momento que vive la ganadería de D. Julio de la Puerta. Los astados de la Valdivia permitieron a la terna al completo abrir la puerta grande al final del festejo.
Volvía Juan José Padilla, en su particular idilio con nuestra localidad, a abrir el cartel de este año. Recibió a su primero con una larga cambiada de rodillas y compartió tercio de banderillas con Manuel Escribano. Comenzó su faena por bajo con un toro que metió la cara en la muleta con nobleza. De más a menos, el jerezano puso toda su fe en intentar transmitir a los tendidos pero tras el mal uso del descabello todo quedó en silencio. Su segundo, cinqueño nº 62 de nombre Amapola, fue el toro más destacado del encierro. Todo hondo de muy buenas hechuras fue recibido en los terrenos del 4 de nuevo con dos largas cambiadas de rodillas y rematado con chicuelitas. Brindó a nuestro paisano D. José Mazuelos, Obispo de Jerez, y tiró del más puro repertorio Padilla en varios circulares que el astado tomó de principio a fin con la cara abajo en los mismos medios de la plaza. El público trató de nuevo de indultar al toro, esta vez sin éxito, y el jolgorio y las protestas a la hora de entrar a matar estuvieron a punto de costarle un disgusto al matador que fue empalado tras conseguir media estocada cuando el toro lo sorprendió y le apretó hacia los adentros. Dos orejas y vuelta al ruedo al toro que el propio Padilla pidió al presidente.
A Manuel Escribano se le vio bastante recuperado de su percance de la temporada pasada. Recibió a su primero sacándolo al tercio por verónicas y rematando con 2 chicuelinas y una media. Comenzó su faena cambiándose al toro por la espalda hasta en tres ocasiones citándolo de lejos. Tuvo calidad el toro por ambos pitones y supo Escribano darle los tiempos necesarios en tandas por la izquierda sin ligazón pero con calidad en los naturales. Se pegó un arrimón final y terminó con manoletinas que le hicieron merecedor de una oreja tras estocada un tanto desprendida. En su segundo estuvo sensacional en el tercio de banderillas e inició la faena rodilla en tierra. Fue una faena de menos contenido que la anterior que, sin embargo, le sirvió para cortar su segunda oreja.
Alberto López Simón se presentaba en Osuna y dejó claro desde el principio que venía a triunfar. Recibo clásico por verónicas a su primero, toro que apretó de salida al subalterno Jesús Arruga y que entró, al igual que su segundo, dos veces al caballo en el tercio de varas. Fue capaz el torero de atemperar la embestida en la muleta, templando al toro con la mano derecha y toreando despacio y con gusto al natural. Le enjaretó varios circulares por ambos pitones y expuso lo indecible hacia el final del trasteo. Tras una gran estocada, logró cortar los dos apéndices de su enemigo. En el sexto, único toro colorado del encierro, no estuvo a gusto desde el principio y acabó pasaportándolo tras apenas intentarlo con la muleta con las consiguientes quejas de un sector del público.
El público salió con ganas de más, eso sin duda es lo importante, en una tarde que no dio lugar al aburrimiento. Esperemos, eso sí, que a pesar de comprender lo festivo de la ocasión, no se generalicen los cantos en los tendidos del modo en que se hizo y se respete en ocasiones venideras lo que prima en la fiesta y ocurre en el ruedo. Para cantar, bailar y recitar, está el recinto ferial a dos pasos.
Plaza de toros de Osuna. Tres cuartos de entrada con toros de Julio de la Puerta, nobles y manejables. Destacó el cuarto, nº 62 que fue premiado con la vuelta al ruedo.
Juan José Padilla: silencio y dos orejas
Manuel Escribano: oreja y oreja
López Simón: dos orejas y silencio