Sevilla huele a azahar en diciembre: ¿qué está pasando con los naranjos?


Cada primavera, con la llegada de la Semana Santa, las calles de la ciudad se llenan de ese inconfundible aroma que anticipa el paso de sus devociones más veneradas. Sin embargo, no es primavera ni se acerca la Semana Santa. Es diciembre, y aunque este fin de semana muchas imágenes procesionarán por el centro con motivo de la Magna, entre ellas la Macarena y el Gran Poder, el azahar no debería estar aquí. Pero está.
El fenómeno, tan inesperado como desconcertante, tiene una explicación. Los naranjos de Sevilla están floreciendo fuera de temporada debido a las altas temperaturas de este invierno atípico. Según los expertos, podría tratarse de una nueva señal del cambio climático, cuyas consecuencias comienzan a hacerse notar incluso en el calendario natural de la ciudad.
Florecimiento fuera de temporada
La aparición del azahar en diciembre en los naranjos de Sevilla ha sorprendido a muchos. Este fenómeno, contrario al ciclo natural de estos árboles, se debe a las altas temperaturas que se han registrado durante los últimos meses, especialmente en noviembre y diciembre.
Para entender lo que está ocurriendo, hemos hablado con Manuel Buzón Ortiz, Ingeniero Técnico Agrícola. Según explica, el comportamiento de los naranjos está directamente relacionado con los cambios en las temperaturas.
“Los árboles frutales, en este caso el naranjo, igual que todos, tienen un ciclo reproductor. Tratando la floración del árbol, ahora mismo, lo que debería haber es una yema, que es por donde va a salir la flor en primavera. El árbol debería estar preparándose para esa floración primaveral”, aclara Manuel.
Sin embargo, las temperaturas inusualmente cálidas están alterando este proceso natural. “Ahora llega el invierno, y como debería hacer temperaturas muy bajas, el árbol debería proteger la yema y entrar en un periodo de latencia. Esa técnica que tiene el árbol, concretamente el naranjo, se llama quiescencia”, explica. “El problema es que, como no hay temperaturas tan bajas, el árbol está siguiendo su ciclo como si fuera primavera, saltándose esa etapa de reposo”.
El cambio climático como trasfondo
Este comportamiento inusual de los naranjos no es un hecho aislado. Según Manuel, las plantas responden de forma directa a los cambios climáticos. “Lo que está pasando es que el árbol no está deteniendo su funcionamiento interno por un agente externo, que en este caso deberían de ser temperaturas bajas. Ahora mismo debería estar en periodo de latencia y no florenciendo”, concluye.
Un aroma que invita a reflexionar
El olor a azahar en pleno diciembre podría ser para muchos una anécdota pintoresca, pero para los expertos es una advertencia. La alteración de los ciclos naturales de los cultivos, especialmente en zonas como Sevilla, podría tener consecuencias en la producción de frutas y en el equilibrio de los ecosistemas.
Mientras Sevilla disfruta de un diciembre con un aroma primaveral a azahar, cabe preguntarse si este fenómeno será cada vez más común y cómo impactará en nuestras vidas. Por ahora, los naranjos sevillanos, en su atípica floración, nos recuerdan que los cambios en el clima no son solo estadísticas, sino realidades tangibles que afectan nuestro día a día.
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