Sevilla City
New York es Sevilla con más rascacielos, el Bronx es el Vacie con menos chabolas. Tiras una piedra y salen por el centro seis puestos de hamburguesas aplastadas, tenemos hasta la ciudad llena de ratas del tamaño del toro de Wall Street. En cuantito terminen las obras en el puente del Centenario habrá poquito que envidiarle al de Brooklyn. Al tiempo. La Campana peatonalizada tendrá un aire a Times Square y, si puede, que venga el Central Park a empatarle al María Luisa. Me vas a comparar las bicis esas aesthetic con la solvencia del Sevici, con esos pedales más fuertes que el Listerine morado.
Hasta vamos a empezar a cobrar por entrar a la Plaza de España. En esto le hemos cogido la delantera a los States. Primero a Aníbal, y después lo que surja. Todo se andará. Joe, si hasta tenemos nuestra Superbowl cofrade hecha Magna y esta semana se ha publicado que Asuntos Internos ha desmantelado la unidad antidroga de Alcalá de Guadaira por sospechas de corrupción. Qué diablos Nueva York, somos la Baltimore de The Wire.
Dejando la ironía y el surrealismo a un lado, se nos viene una reflexión a la cabeza: ¿qué necesidad había? Aunque si bien es cierto que no hizo una comparación directa, nombrar en una misma frase el Bronx y El Vacie abre un paralelismo desafortunado entre un barrio en riesgo de exclusión y otro mundialmente conocido por ser de los que mayor delincuencia alberga. Por no hablar del feo al equipo de Servicios Sociales que lleva años realizando una labor encomiable en las zonas más desfavorecidas. Esto nos deja ante dos escenarios. Y ninguno es positivo. Si fue un lapsus del alcalde, se deberían llevar más masticados y preparados los discursos. En cambio, si fue premeditado, el error se multiplica, porque cuando uno hace una alusión tan llamativa ha de medirla al milímetro, calculando el impacto que va a tener en la opinión pública. Sabiendo que una idea que pretende ser positiva, al mezclarla con un marco mental adverso, acaba por empañar lo que realmente se quiere transmitir. Perdiendo fuelle la tesis central para dejar recaer la atención en la anécdota, en el chisme.
Si lo que se buscaba era un meme de Malacara y una efímera viralidad para crear un debate entretenido pero poco profundo, el objetivo se cumplió. Aunque por la rápida matización, lo dudo. Esa es otra de las cosas que chirrían, el intento de matar al mensajero. Miren no, no digan que se entendió mal, digan que se explicaron mal. No digan que dijo tal, digan que quiso decir cual. Lo que lo salva es que no es una ocurrencia de ahora como se ha dicho, lo cierto es que Sanz se presentó a las elecciones con esto. En enero del año pasado ya hablaba de un plan de reurbanización del espacio público y de una remodelación integral de los barrios. Y, ojo, que igual es una solución estupenda y el reputado arquitecto al que va a contratar tiene la fórmula secreta para acabar con los guetos. Entonces se le aplaudirá. Pero del Bronx no mentó nada, y ese es el problema.
EL POYETE
Sevilla, 2001. Caballo de carreras de fondo, escritor de distancias cortas. Periodista, bético, sevillano.