Sevilla 1 – Celta 0 | Jesús Navas se despide de Nervión con victoria en una noche para la historia
Noche mágica y para la historia la de esta noche en Nervión. Jesús Navas, el mejor jugador de la centenaria existencia del Sevilla Fútbol Club, fútbol y sevillismo hecho carne, se ha despedido del Ramón Sánchez Pizjuán con una victoria por un gol a cero ante el Celta de Vigo.
La antesala de la retirada del palaciego (habrá que ver si el de hoy no ha sido el último partido de sus brillantísimos 21 años de carrera, con el que ha colgado definitivamente las botas) ha estado llena de momentos emocionantes antes, durante y después del encuentro.
Dos imágenes icónicas para la historia
En este sentido, hay dos imágenes que desde ya entran a formar parte de las más icónicas del club. En la previa, el genial futbolista posando junto a los ocho títulos logrados con su equipo del alma (cuatro Europa League, dos copas del Rey, una Supercopa de Europa y Una Supercopa de España) en 702 partidos con la elástica hispalense.
La segunda, en el minuto 70 del choque, cuando fue sustituido y se arrodilló mirando al Gol Norte para besar el césped de su estadio, puesto en pie para despedir al ídolo de ídolos sevillistas con una atronadora ovación.
Despedida soñada
Jesús Navas se marcha de una manera privilegiada, sobre el campo, ante su afición y con una victoria sufrida (así sabe mejor) que es oro molido para los de García Pimienta. No todos los deportistas de élite pueden decir lo mismo, que se lo pregunten si no a don Rafael Nadal Parera, que hace apenas unas semanas puso punto y final de manera esperpéntica a una de las carreras más brillantes de la historia.
En lo que respecta estrictamente al partido, duelo muy limitadito. Lamentablemente el nivel de LaLiga no es el de antaño, por eso no debe extrañar que de un partido entre el decimotercero y el décimo no dé para llevarse mucho a la boca.
Primera parte vulgar
Especialmente vulgar fue la primera parte, con un Sevilla planísimo y carente de cualquier mínimo atisbo de triangulación o pase filtrado capaz de romper líneas enemigas. Hasta Lukebakio, que está firmando una temporada magnífica, recordó al del año pasado.
Acaso lo más sangrante para los ojos era ver a Iheanacho deambulando por las zonas de ataque, correteando con la intensidad de un solteros contra casados e incapaz de ponerse de gol y ejercer la primera línea de presión.
Además, en la faceta defensiva, la dupla Agoumé-Manu Bueno se empeñó en poner una alfombra roja de la anchura de una autopista al genial Iago Aspas, que metió numerosos balones con muy mala idea pero que los blandos atacantes celestes desperdiciaron en no pocas ocasiones.
Gol de Manu Bueno y buen debut de García Pascual
Tras la salida de vestuarios, con el cambio cantado del transparente delantero nigeriano por García Pascual, espigado punta del Sevilla Atlético que ha dejado muy buena imagen en su debut con el primero equipo (en 45 minutos ha hecho más que Iheanacho en toda la temporada), el equipo hispalense mejoró bastante respecto al del primer acto. Cerró el pasillo central, ejerció una presión más armónica y comenzó a adueñarse del balón hasta encerrar poco a poco al conjunto gallego.
Fruto de este cambio de dinámica, tras la salida de un córner botado en el minuto 64, Saúl dio una asistencia marca de la casa al canterano Manu Bueno, que desde la frontal del área acertó con un gran disparo que terminó en la red de Guaita tras ser desviado levemente por un defensor celtiña.
Afloró la vena bilardista
Desde ahí hasta el final salió a relucir la vena bilardista que el Sevilla lleva marcada a fuego en su ADN y que llevaba mucho tiempo sin aparecer. Numerosas pérdidas de tiempo, roces entre jugadores, amarillas hasta para el masajista y una ocasión clara para Dodi Lukebakio, que pudo poner la sentencia en el 84 con un exquisito recorte al borde del área pequeña y un posterior remate con la derecha que se marchó al lateral de la red.
Victoria trabajada que sirve para sumar una nueva victoria en el casillero sevillista, que alcanza la simbólica cifra de 22 puntos en 17 partidos, la mitad de los que se deben conseguir para ‘asegurar’ la permanencia. La lectura más optimista es que se ha puesto a 5 del Mallorca, actual quinto clasificado, con un partido menos, y ha superado al Betis, aunque el eterno rival todavía tiene que jugar este domingo en Villarreal.