Sevilla 0 – Real Sociedad 2 | Qué poco dura la alegría en casa del pobre
- Los nervionenses sufren la tercera derrota en el Sánchez Pizjuán de la temporada ante los de Imanol Alguacil
A pesar de las tres victorias consecutivas en casa con las que se llegaba, el espíritu de una de las más célebres citas del autor uruguayo Mario Benedetti ha planeado esta noche sobre el Ramón Sánchez Pizjuán durante el choque ante la Real Sociedad, que ha terminado con justísima derrota sevillista por un inapelable 0-2. Me refiero a aquello de “un pesimista es solo un optimista bien informado”.
En este caso, el optimista bien informado es Xavier García Pimienta, quien cada vez que le han puesto un micrófono por delante en las últimas semanas ha dejado meridianamente claro que su equipo está en construcción, que hay muchísimo por mejorar y que quien ahora mismo plantee con un mínimo de seriedad que el Sevilla es un candidato este año a hacerse merecedor de un puesto europeo debe hacérselo mirar sí o sí. “No hemos logrado ni el 50 por ciento de los puntos disputados”, advirtió el viernes.
Golpe de realidad
A no pocos sorprendía que el técnico bajara el suflé de las expectativas tras las buenas sensaciones transmitidas por sus jugadores durante el mes de octubre. Pero ahora queda claro que su discurso tan cercano al ya manido “partido a partido” no era ningún guiño a Simeone.
El técnico criado en la Masía está en las antípodas del ‘cholismo’, pero eso no obliga a ponerse una venda en los ojos y vender humo. García Pimienta entrena a diario con su plantilla, García Pimienta conoce perfectamente las limitaciones de los mimbres con los que trabaja, ergo García Pimienta sabe mejor que nadie que no hay más cera que la que arde. Silogismo puro y duro.
Marcao e Iheanacho, grandes señalados
La derrota de este domingo deja numerosos señalados, especialmente dos: Marcao e Iheanacho. El central brasileño ha podido cavar esta noche su tumba futbolística, en lo que respecta al Sevilla Fútbol Club, tras cortar el paso dentro del área a una conducción que se iba larga de Zubimendi como lo haría el mismísimo Ilia Topuria, con un brazazo al cuello que evidentemente tumbó de manera contundente al internacional español. Penalti de manual transformado a la perfección por otro campeón de Europa con selección española, Oyarzábal.
Era el cero a dos y quedaban 23 minutos más el añadido. El preparador local ha quemado sus naves dando entrada al terreno de juego a Sow, Isra e Iheanacho (por favor, entiéndase el tono irónico).
Fallo inexplicable a puerta vacía
Evidentemente, en este último cuarto de partido no ha habido goles por parte del equipo que ha vestido de blanco. Si en lugar de Álex Remiro esta noche hubiese guardado la portería donostiarra un espantapájaros, el resultado habría sido exactamente el mismo. No hay ni un ápice de exageración en esta afirmación. Los atacantes sevillistas, menos dañinos que el pescado en blanco, no han sido capaces de lanzar ni un solo disparo, mejor o peor, entre los tres palos. Tan prescindible ha sido la participación del buen cancerbero navarro que, incluso, Iheanacho, que encarna a la perfección el paradigma del despropósito de la delantera sevillista esta temporada, mandó el balón a un metro de la portería cuando no había nadie bajo los tres palos (¡) blanquiazules.
Lo del punta nigeriano se pasa ya de castaño oscuro. Unas veces remata hacia atrás, otras hacia arriba y en ocasiones, como esta noche, remata al cartel publicitario con la meta vacía. Si no lo ha hecho ya, bien haría la dirección deportiva en plantearse seriamente poner fin al periplo del ex del Leicester City en tierras andaluzas en el mercado de invierno, justo dentro de dos meses. Cuando la cosa no va, lo mejor para ambas partes es cortar de raíz.
Pitada al final del partido
Pero no han sido los únicos damnificados. Pedrosa ha firmado un partido realmente lamentable, otorgándole todas la facilidades habidas y por haber al extremo nipón Take Kubo, que ante tamaña fragilidad defensiva ha firmado un golazo de factura maradoniana. Por su parte, Gudelj no le ha ido a la zaga al bajísimo nivel del ex del Espanyol regalando tropecientos balones en zonas más que comprometidas y sin poner oposición alguna en la medular.
Que el catalán vaya a firmar este año una treintena de partidos en LaLiga como lateral izquierdo titular y que el centrocampista serbio haya celebrado precisamente hoy doscientos partidos con la elástica blanca en la competición doméstica dejan a las claras la alarmante bajada de nivel del plantel sevillista en los últimos años, reflejo inequívoco del empobrecimiento generalizado del club.
Tercera derrota en casa en apenas seis partidos disputados y pitada considerable a la conclusión del partido. El Sevilla debe mover el árbol en cuanto se abra el mercado sino quiere volver a estar con la soga al cuello cuando el naranjo se ponga en flor allá por el mes de mayo.