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Secretos

Secretos

Gaelia me ha hecho una confesión y me ha pedido que le guarde el secreto. Por supuesto le he prometido que seré una tumba. Resulta que es aficionada a leer las esquelas de los periódicos. Bueno, de algunos periódicos. La afición le viene de su tío de Esquivel. Este hombre llegaba de trabajar y con frecuencia traía recortada la página de las esquelas del día. Después de comer se sentaba a comentar los obituarios del día. Su interés era liberarse de la angustia que supone caer en la enfermedad. Era como si la lectura le transmitiera algún rescoldo de vida del difunto. Miraba si conocía al fallecido, su edad, si tenía algún cargo público, si era un médico reputado o algo así. Gaelia dice que a ella le pasa igual que a su tío. Siente como una energía que reactiva su cuerpo y la renueva. Cuando observa las curiosidades que a veces se encuentra entre las necrológicas, es cuando más ganas tiene de acudir al funeral. De hecho, asiste a menudo a sepelios de personas de las que comunican su muerte con cierta pompa y boato; sobre todo los fines de semana que es cuando tiene alguna tarde libre. Llega al tanatorio que sea y se mezcla entre familiares y amigos del difunto. Nadie se cuestiona su presencia. Suelen ser velatorios donde va un número considerable de personas y, si descartamos a la familia directa, muy pocos se conocen entre sí. Toma café y galletas, sólo si son de mantequilla. Pasa un buen rato hablando y escuchando conversaciones de lo más variado. En ocasiones y cuando la persona fallecida es muy mayor, suele darse el caso de que cuentan chistes entre los asistentes más animosos. Hay veces que habla tanto que se le seca la boca.  En verano las tardes son muy placenteras con el fresquito del aire acondicionado. Ha llegado a cambiar una tarde de cine por una tarde de tanatorio. Tiene ya tantos funerales a sus espaldas, que ha encontrado a  una cuadrilla de personas que tienen la misma fijación por el tema. Los ha ido conociendo a los largo de los últimos años y han hecho incluso amistad. Han creado un grupo de Whatssap y se comunican los velorios más importantes de Barcelona. Yo no sé qué pensar. No sé si me podría resultar interesante o simplemente es un pasatiempo como otro cualquiera. No sé si pasaría una tarde entera con gente desconocida y con un muerto de cuerpo presente, por muy importante que éste fuera. De momento, prefiero ver el fútbol, la lectura o tomar una cerveza en buena compañía. Por cierto, de lo dicho, no comenten ni una palabra

 

© Juan Zamora Bermudo

Foto: Pexels

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