Sant Andreu 1-3 Real Betis: Deberes hechos con inseguridades


El Real Betis consiguió su billete para la siguiente ronda de la Copa del Rey, pero lo hizo dejando más dudas que certezas tras vencer 1-3 al modesto Sant Andreu en un partido que, por momentos, estuvo al borde de un desenlace catastrófico para los de Manuel Pellegrini. El marcador final, maquillado por un gol en la última jugada, no refleja la dura resistencia del equipo catalán, que durante muchos tramos del encuentro fue superior al conjunto verdiblanco, exponiendo de nuevo la crisis creativa y de confianza que atraviesa el Betis.
Un comienzo inquietante
El partido comenzó con el Betis intentando imponer su jerarquía desde el inicio. Pellegrini, consciente del mal momento de su equipo, no quiso confiarse y alineó a varios titulares como Marc Bartra, Romain Perraud y Lo Celso, además de repetir con el canterano Jesús Rodríguez en el once inicial. Sin embargo, esa jerarquía apenas se tradujo en el campo. El Betis, falto de ideas y ritmo, no lograba someter al Sant Andreu, que jugó con valentía y se mostró muy cómodo en su césped artificial.
Pese a un inicio insulso, el Betis logró adelantarse en el minuto 20 con una falta directa ejecutada de forma brillante por Chimy Ávila. El gol, lejos de tranquilizar a los verdiblancos, fue un espejismo. Tan solo cuatro minutos después, el Sant Andreu igualó el marcador gracias a un tanto de Sergi Serrano, que culminó una jugada colectiva que evidenció las carencias defensivas del Betis.
Un equipo sin respuestas
El primer tiempo mostró un Betis desconectado, incapaz de imponer su juego ante un rival de Segunda RFEF. La posesión se repartió, pero los locales mostraron mayor fluidez y decisión en sus ataques. Solo las intervenciones de Natan de Souza y Marc Bartra evitaron que el equipo heliopolitano se fuera al descanso con una desventaja más dolorosa.
La segunda mitad comenzó con el mismo guion: el Sant Andreu estuvo más cerca del segundo gol que el Betis. Dos jugadas consecutivas casi culminan en un desastre para los de Pellegrini. En una, Fran Vieites se lució en un mano a mano frente a Toni Paredes, mientras que una mano de Sabaly en el área pasó inadvertida por la falta de VAR en esta fase del torneo.
Los cambios hacen el trabajo
Con el miedo a un descalabro real, Pellegrini movió el banquillo. Los ingresos de Ez Abde, Sergi Altimira y Vitor Roque dieron algo más de mordiente al ataque bético, aunque las imprecisiones continuaron. El brasileño Roque, en particular, tuvo una noche para olvidar: tras un robo en presión alta, falló un mano a mano claro y después erró un penalti con una ejecución que dejó mucho que desear.
El rechace de ese penalti fallado fue aprovechado por Marc Bartra, que marcó el 1-2 en el minuto 79, dando un respiro momentáneo a los verdiblancos. A partir de ahí, el Sant Andreu, exhausto por el esfuerzo realizado, bajó la intensidad, y en los minutos finales, el Betis sentenció el partido. Mateo Flores, con una jugada de pura entrega, robó un balón que parecía perdido y asistió a Ez Abde, quien marcó a puerta vacía para cerrar el marcador.
Una victoria que no disipa las dudas
El resultado clasifica al Betis para la siguiente ronda de la Copa, pero las sensaciones son alarmantes. Verse dominado en varias fases por un rival de menor categoría subraya el mal momento que atraviesa el equipo. Ni los titulares ni las rotaciones logran dar con la tecla, y la falta de creatividad y confianza es más evidente que nunca.
La próxima semana, los de Pellegrini enfrentan al FC Barcelona en Liga, un partido que, con el rendimiento mostrado en los últimos encuentros, se presenta como un desafío titánico. Mientras tanto, la Copa sigue siendo una tabla de salvación para el Betis, aunque actuaciones como la de hoy refuerzan la sensación de que, si no hay cambios, el equipo sigue navegando peligrosamente cerca del caos.
