San Isidoro de Sevilla, la inteligencia natural y la IA

Manuel Conde Díaz

EL CIBERDIVÁN, LA OREJA DE FREUD.

Psiquiatra psicoanalista impulsó la reforma psiquiátrica “salta la tapia” en el hospital de Miraflores. Fue Director de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Autor de numerosos artículos científicos. Tiene dos libros publicados: Psicoanálisis medicina y salud mental, y La religión en el diván.

Lo de la inteligencia artificial está llegando a ser una pesadez, la encontramos hasta en la sopa. Es tan nombrada en todos los ámbitos, se le atribuyen tantas virtudes que podemos llegar a pensar que existe más allá de la inteligencia natural que la ha creado, la de los seres humanos. Si la observamos con cierto escepticismo necesario, veremos que se trata en realidad de una base de datos y un buscador entrenado para encontrar respuestas a preguntas en esa gran cantidad de información. Dicen los expertos en IA que es muy importante cómo le preguntamos, es decir, que no es demasiado lista. Es decir, que no maneja la información contextual sino la literalidad de lo que le decimos. La empresa que me suministra el agua, Aljarafesa, anuncia que va a ser gestionada por IA, pero advertía que las decisiones las seguirán tomando personas, con la información que facilita la IA, lo que me ha parecido muy prudente y realista. No podemos caer en el espejismo de pensar que la IA puede llegar a ser una mente con vida propia, por ejemplo, un ente maléfico que se dedique a jorobarnos, como puede pasarnos con un vecino que nos ha cogido tirria y le molesta todo lo que hacemos. No es para tanto.

Además, pienso que ha sido en Sevilla donde apareció la primera IA, el que la hizo fue un sevillano llamado Isidoro. A este, la Iglesia católica lo ha nombrado como Doctor de la Iglesia y patrón de Internet, San Isidoro de Sevilla (560-636), que fue obispo de la ciudad por 37 años, un hombre piadoso y sabio. La primera IA, como les digo, considero que han sido sus Etimologías, gigantesco compendio del saber de su tiempo organizado en 20 libros y que habla de todo, de lo divino y de lo humano. En esta IA puede usted encontrar respuesta a casi todo: música, teología, barcos, profesiones, historia, matemáticas… Propongo que la Iglesia lo nombre también patrono de la inteligencia artificial.

Las Etimologías han sido la obra de referencia más importante durante la Edad Media; tras el nacimiento de la imprenta, en los siglos XV y XVI, fue impresa más de diez veces. Estuvo vigente mil años. Destaquemos su Sententiae, obra de carácter reflexivo y moral en donde aborda temas como el objeto y razón del poder de los príncipes y que marcó toda una concepción del buen gobierno en la Europa medieval.

La IA es una gran ayuda para la inteligencia natural. Lo habrá sido, por ejemplo, para la que ha tenido el ejército ucraniano, consiguiendo dañarle al ejército ruso la tercera parte de sus bombarderos estratégicos con unos pequeños drones que hicieron llegar astutamente escondidos en dobles fondos de camiones hasta la cercanía de sus aeródromos. Desafortunadamente, el terrible atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre del 23 fue un éxito de la inteligencia natural de unos palestinos contra un aparente despliegue de inexpugnable tecnología e inteligencia artificial israelita. Lo que ha venido después: un despliegue de IA y de brutalidad del ejército israelí que aún no ha conseguido liberar a los rehenes secuestrados en un territorio que han arrasado y conquistado totalmente en apariencia. Sigue la inteligencia natural resistiendo a ese despliegue de IA.

Nuestro ilustre y santificado sevillano Isidoro nos legó una IA de categoría y que sigue teniendo vigencia 1500 años después.

Si le preguntamos a su IA ¿qué es un rey?, nos contesta: El término rey deriva de regir, del mismo modo en que sacerdote deriva de sacrificar. No rige el que no corrige. El nombre de rey se posee cuando se obra rectamente, y se pierde cuando se obra mal. De aquí aquel proverbio que corría entre los antiguos: “Serás rey si obras con rectitud”.

Si le preguntamos sobre la relación del poderoso con la ley, nos contesta: Es justo que el príncipe se atenga a sus leyes, pues sus derechos se guardarán por todos cuando él mismo los respete. Pues es justa la voz de su autoridad, si lo que prohíbe a los pueblos no se considera lícito para él.

La inteligencia natural es admirable y no pierde vigencia, por mucho que la IA nos apabulle con miles de datos, y los buenos principios como los de San Isidoro no debemos perderlos de vista para el gobierno de nuestra sociedad.