Roro Riquelme será jugador del Real Betis Balompié
- El extremo firma hasta 2030 por ocho millones y el club verdiblanco adquiere el 50% de sus derechos

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El Real Betis Balompié ha cerrado al que será el sustituto de Jesús Rodríguez. Rodrigo Riquelme será jugador verdiblanco hasta junio de 2030. El atacante madrileño, de 25 años, aterriza en Heliópolis traspasado por el Atlético de Madrid en una operación que refleja tanto la ambición como el control financiero del club bético: un pago de ocho millones de euros por el 50% de los derechos del jugador y una cláusula de recompra para el club rojiblanco.
Se trata de un fichaje estratégico por múltiples razones. Riquelme llega para ocupar el lugar dejado por Jesús Rodríguez, canterano vendido al Como italiano por más de 20 millones, y lo hace con un perfil contrastado en primera división, bagaje internacional con España y un margen de crecimiento todavía importante. La operación ha sido fruto de una larga negociación y de un seguimiento que el Betis lleva realizando desde hace dos veranos, cuando ya tanteó su cesión sin éxito.
Un fichaje estructurado
La fórmula elegida para cerrar la incorporación muestra un equilibrio entre inversión y proyección de valor. El Betis abona ocho millones por la mitad del pase del futbolista, pero logra asegurarse un contrato largo de cinco temporadas. El Atlético, por su parte, se guarda una cláusula de recompra, mecanismo habitual en jugadores jóvenes o con potencial de revalorización.
Con esta fórmula, el Betis minimiza el impacto inmediato en sus cuentas, se hace con un jugador de presente y futuro, y mantiene abierta la posibilidad de negociar el otro 50% si Riquelme se consolida como una pieza clave.
Segunda operación directa entre Betis y Atlético
Este acuerdo entre clubes llega apenas días después del principio de entendimiento por Johnny Cardoso, centrocampista que saldrá rumbo al Atlético de Madrid una vez se limen los últimos detalles del acuerdo. Aunque aún no es oficial, ambas directivas dan por hecho el traspaso, y este nuevo acuerdo por Riquelme refuerza la buena sintonía entre las partes.
El Betis no solo está gestionando bien la parcela deportiva, sino que también ha mejorado sus relaciones institucionales con grandes clubes del país, una clave silenciosa en el crecimiento sostenido que persigue la entidad verdiblanca.
Una apuesta meditada
Con este movimiento, el Betis consolida su nueva política de fichajes: menos urgencia, más estrategia. La llegada de Riquelme no solo responde a una necesidad puntual, sino que encaja en el perfil de jugador que el club quiere atraer: jóvenes, con experiencia en la élite, revalorizables y con proyección internacional.
Ahora que el club ha superado sus limitaciones económicas, opera desde el criterio deportivo y no desde la urgencia financiera. Y con este paso, da un mensaje claro: el proyecto 25/26 va en serio, y no está dispuesto a renunciar a ambición ni talento.
