Repuesta al culto la imagen de Nuestra Señora de Guía
El pasado domingo 9 de febrero, tras la celebración de la Eucaristía de seis de la tarde del convento del Espíritu Santo de Osuna, el Rvdo. Padre Manuel Sánchez bendijo la recuperada imagen de Nuestra Señora de Guía. La advocación “de Guía” corresponde a una imagen de la Virgen María gloriosa que llegó a contar con hermandad propia en el siglo XVII. En el seno de esa corporación, también se veneraba a Jesús Crucificado con la advocación de la Paz.
Actualmente, el Cristo de la Paz se titula del Amor y recibe culto en su retablo, en una capilla en el muro del Evangelio del citado templo. Por su parte, la Virgen de Guía, que presidía el retablo mayor, fue retirada del culto y en su lugar se colocó una colosal imagen de la Inmaculada Concepción, del escultor Francisco Buiza, como sigue en la actualidad.
La devoción y hasta el conocimiento de la existencia de la imagen de Nuestra Señora de Guía habían caído en el olvido excepto entre las hermanas de la Compañía de la Cruz, asentadas en el antiguo convento del Espíritu Santo. Por eso, se comenzó a trabajar en la recuperació del aspecto original de su rostro, enmascarado con repintes y añadidos.
Por los estudios del archivero municipal Paco Ledesma, sabemos que la talla de la Virgen fue encargada por el clérigo ursaonés Jerónimo de Pareja Aranda, en junio de 1604, al escultor Juan 
de Mesa “el Mozo”. Su nombre no debe confundirse con el Juan de Mesa y Velasco, insigne escultor discípulo de Juan Martínez Montañés. También de origen cordobés, se trata de un escultor de segunda, cuya persona resulta desconocida y que trabajó entre finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. Gran parte de su obra se encuentra dispersa por varios pueblos de Córdoba.
de Mesa “el Mozo”. Su nombre no debe confundirse con el Juan de Mesa y Velasco, insigne escultor discípulo de Juan Martínez Montañés. También de origen cordobés, se trata de un escultor de segunda, cuya persona resulta desconocida y que trabajó entre finales del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. Gran parte de su obra se encuentra dispersa por varios pueblos de Córdoba. Nuestra Señora de Guía ha sido colocada frente al retablo del Cristo del Amor, recuperándose, también, su rico ajuar textil y una maravillosa corona de plata dorada de 1605, rematada por una cruz patriarcal en alusión a su vinculación con los clérigos que rigieron, en su origen, el templo del Espíritu Santo. A partir de ahora, volverá a recibir la oración de los fieles y seguro que crecerá su devoción.
Antonio Morón Carmona
Periódico joven, libre e independiente.
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