República Bananera

Queridos ursaonenses:

Acaba de hacerse público el veredicto del jurado popular del caso Camps, el primero y punta del iceberg de la trama Gürtel. Al parecer, sólo ha satisfecho a sus socios de partido (y supongo que, en algunos casos, también de negocios), aunque no al resto de la población española.
Ha faltado tiempo para llevar a cabo un “reality-show” en Intereconomía, para hablar contra los juicios paralelos en el seno de un juicio paralelo.

Por lo visto, no ha sido suficiente encontrar al niño con la cara manchada de chocolate (o caviar), el envoltorio por el suelo y el armario abierto con la banqueta delante, para concluir que se lo había comido.

Es curioso que este veredicto (del latín vere-dicto: “dicho verdadero”), proceda de un Jurado Popular y no de jueces profesionales, como es práctica habitual de los tribunales españoles, que a mi entender, da la impresión de una justicia más próxima al pueblo, pero que la falta de profesionalidad del jurado hace que la propia JUSTICIA quede en entredicho.

En ese sentido, ya se han comparado muchas veces, nuestros tribunales con los de otros países donde el sistema del jurado es lo habitual, quedando claro que en esto, el sistema español es más acertado y por tanto más justo.

Pero hablando de leyes, en este caso, la que se ha aplicado es la ley de Murphy:
“Si algo puede ir a peor, irá”, como al parecer así ha sido.
A partir de ahora, sólo falta hacer creer al pueblo soberano, que es lo mismo “INOCENTE” que “NO CULPABLE”.
Periódicos, cadenas de radio y TV, y “periodistas al dictado”, no faltan.
Interés e intereses, tampoco.

Aún nos queda por conocer el resultado de los juicios al Sr. Garzón.
En el primero, veíamos al juez en el banquillo, y a los de la trama Gürtel en la acusación.
El mundo al revés.

En el segundo, asistimos a un proceso, donde presuntamente un magistrado-instructor había redactado o ayudado a redactar (sin corregir ni las erratas) el pliego de acusaciones a una de las partes actuantes.
“Cosas veredes, amigo Sancho”.
En un estado donde se reparten condecoraciones del más alto rango, a gobernantes, como premio por haber arruinado a su país, incluso estando “subjudice” alguno de ellos.
Donde se indemniza a banqueros que arruinan a sus propias entidades, a pesar de haber recibido dinero público.
Donde se exigen sacrificios a los pobres y nada se pide a los ricos.
Donde nadie combate el fraude fiscal instituido.
Donde los planes económicos más parece que estén destinados a salvar los bancos españoles, que los españoles mismos.
Donde el ministro responsable del ramo, Sr. de Guindos, era hasta hace cinco minutos, un alto capitoste de una de las multinacionales responsable, entre otros, de la ruina que padecemos.
Donde la ley electoral permite que grupos con muchísimos menos votos, tengan mayor representación parlamentaria que otros que les triplican en sufragios, y además, el gobierno y el mayor partido de la oposición no quieran cambiarla, simplemente porque beneficia a sus partidos.
Donde, según recientes encuestas, los políticos son percibidos por los españoles como un problema.
Donde los medios de comunicación, son en realidad, medios de propaganda de grupos político-económicos.
Etc. Etc. Etc.

Viendo todo esto, uno se acuerda de las Repúblicas Bananeras, aquellas que un día, el Sr. Kissinger, don Henry, quiso comprar finca a finca a través de la United Fruit Company.
No se preocupen que seguirá habiendo juicios paralelos, es decir, para…lelos, memos, simples, idiotas, tontos, mentecatos, parvos….

Al Sr. Camps, don Paco, como al lepero del chiste, sólo le ha faltado preguntar al juez:
“Entonces, señoría, ¿me puedo quedar con los trajes?”

José Mª Sierra

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