Real Sociedad 2-0 Real Betis: Sin señales de vida


El Real Betis sigue hundiéndose en una espiral de desconexión y mediocridad tras caer derrotado 2-0 frente a la Real Sociedad en el Reale Arena. Fue un encuentro que expuso todas las carencias de los verdiblancos, un equipo irreconocible y sin respuestas, lejos de aquel que había conseguido mantener la competitividad bajo la batuta de Manuel Pellegrini.
Una primera parte que refleja la desconexión total del equipo
El inicio del partido fue un espejo perfecto del estado actual del Betis: desordenado, desconcentrado y apático. La Real Sociedad dominó con claridad, controlando el juego desde el primer minuto y asfixiando a un Betis incapaz de encontrar el rumbo.
El primer gol llegó en una jugada grotesca que simboliza el pésimo momento de los verdiblancos. Una falta a favor en la banda izquierda, terminó con un balón atrás en el que los propios jugadores del Betis intercambiaron pelotazos en una secuencia de errores absurdos que culminó con un gol en propia meta de Diego Llorente. La imagen del balón entrando en la portería, tras una acción que parecía sacada de un manual de lo que no debe hacerse, marcó la tónica de una noche oscura.
El segundo tanto llegó a la media hora de partido, esta vez desde el punto de penalti. Mikel Oyarzabal, con su habitual eficacia, convirtió una pena máxima señalada por un contacto dentro del área que levantó muchas dudas. Aunque el VAR revisó la acción, el árbitro Hernández Maeso mantuvo su decisión, ampliando la ventaja de una Real Sociedad que apenas tuvo que exigirse para superar a un Betis inoperante.
Una segunda parte desoladora
Si la primera mitad fue mala, la segunda resultó desoladora. La Real Sociedad bajó el ritmo, consciente de que el Betis no era capaz de generar peligro ni ideas. Los verdiblancos mostraron un juego plano y sin ambición, con jugadores que deambulaban por el campo sin dar señales de reacción y sin muestras de entendimiento entre ellos.
No hubo destellos individuales, ni intentos de asedio final. Fue una demostración de falta de personalidad y ambición, algo inaudito en el equipo de Pellegrini, que siempre había sabido competir incluso en los momentos más complicados.
Una crisis que ya no se puede ignorar
La derrota en San Sebastián marca un nuevo punto de inflexión en la temporada del Betis, que atraviesa una crisis inédita desde la llegada de Pellegrini. Este equipo parece haber perdido el alma, y lo más preocupante es que no se vislumbran soluciones inmediatas.
La desconexión es evidente, tanto en lo táctico como en lo mental. La defensa parece ir a peor, cuando era de las mejores noticias del mercado, el medio campo carece de creatividad y los delanteros no tienen presencia ni generan peligro. Ni siquiera la jerarquía de los jugadores más experimentados logra contrarrestar un estado anímico que parece en ruinas.
El técnico chileno, acostumbrado a navegar en aguas turbulentas, tiene ahora su reto más complicado: rescatar a un equipo que parece haber tocado fondo, y hacerlo en una fase de la temporada en la que cualquier paso en falso puede ser definitivo.
Y por si la situación no fuera ya suficientemente delicada, la próxima jornada depara un enfrentamiento ante el FC Barcelona, un desafío mayúsculo para un equipo que no parece estar en condiciones de competir ante nadie. El Villamarín acogerá un duelo que podría marcar el punto de no retorno para este Betis si no se consigue reaccionar a tiempo.
Se necesitan cambios ya
El Betis se encuentra en una situación alarmante, tanto por el nivel de juego como por la actitud mostrada sobre el césped. La desconexión entre jugadores, la falta de ambición y los errores básicos están minando lo que parecía ser un proyecto consolidado y ambicioso.
Es necesario un cambio drástico y rápido, tanto en lo táctico como en lo emocional. Los próximos días serán claves para saber si el Betis es capaz de revertir esta dinámica o si el pozo en el que está inmerso sigue profundizándose. El tiempo apremia, y la paciencia de la afición empieza a agotarse.
