Real Madrid 4 – Sevilla 2 | El Sevilla no comparece en el Bernabéu el día de la retirada de Jesús Navas
- Tres goles de Mbappé, Valverde y Rodrygo liquidaron el partido en la primera hora ante un Sevilla que se mostró falto de actitud en muchos tramos de juego
Las visitas del Sevilla al Bernabéu, al igual que ocurre con las que rinde al estadio del Barcelona, son tremendamente cómodas para el periodista de turno que se encarga de hacer la crónica de los encuentros de marras.
De antemano se sabe sobradamente que no habrá minutos finales de infarto que pongan en riesgo hacia donde se decantará la balanza y, por tanto, no existe temor alguno para el plumilla de tener que tirar a la papelera todos los párrafos que haya avanzado en tiempo real y tener que empezar de nuevo. El atractivo componente de incertidumbre por el resultado es tan efímero como el último montadito de una ración de los preciados piripis de la Bodeguita Romero.
Golazo de Kylian Mbappé a los nueve minutos
En el ‘choque’ de hoy –las intencionadas comillas hacen alusión a que no ha sido precisamente un duelo a muerte entre dos pistoleros al modo de una película de spaghetti western de Sergio Leone, el argumento ha tenido que ver más con el clásico documental de la 2 en el que el escultural y poderoso tigre de la sabana devora cómo y cuándo quiere al inocente ñu que claudica aceptando su destino–, las pocas dudas que existían en la previa acerca de quién se llevaría los tres puntos se disiparon rápidamente, cuando Mbappé, ante la asombrosa pasividad de la zaga sevillista, soltó un potente disparo desde fuera del área al que no puso oposición Álvaro Ferllo.
Pintaban bastos para la escuadra dirigida por García Pimienta. Los de Carlo Ancelotti se mostraban muy superiores en todas las facetas del juego. Apenas pasada la primera media hora de juego el marcador ya reflejaba con nitidez cristalina la abrumadora diferencia de calidad y actitud existente entre el once merengue y el nervionense. Tres a cero.
Tres goles de diferencia en apenas media hora de juego
El ‘Pajarito’ Valverde y Rodrygo firmaron sendos golazos. El primero con tremendo cañonazo a la escuadra desde muy lejos, y el segundo con una bella jugada colectiva del ataque merengue. Ahí acabo la historia del partido pese a que los de rojo recortaron distancias apenas un par de minutos después tras un arranque de orgullo de Lukebakio, un gran centro de Juanlu y un buen cabezazo a la red de Isaac Romero.
Así se llegó al descanso. Siete minutos después de la reanudación, nuevo golpe de realidad. Brahim firmaba el cuarto después de no menos de 20 segundos en los que la defensa sevillista se limitó a perseguir sombras, los mismos que tardó el Madrid en bailar de lado a lado hasta prácticamente el área pequeña.
Lukebakio, el jugador franquicia del Sevilla
A partir de ahí los locales bajaron el pistón y se limitaron a sestear. Ya en el 85, Dodi Lukebakio marcó su octavo gol de la temporada con un duro zurdazo que superó a Courtois. En este caso el duelo belga (esto sí fue un duelo) lo ganó el jugador franquicia sevillista. El 4-2 final puede dar lugar a engaño. Puede parecer un partido disputado, pero la realidad es que el Madrid ha marcado siempre los tiempos sin poner en peligro el botín en juego.
El partido ha dejado pocas lecturas, aunque sí alguna interesante. La primera es que Álvaro Ferllo tiene el extraño defecto de encajar golazos desde fuera del área con suma facilidad. Hoy le han metido dos chicharros desde tal distancia que casi tiene que usar prismáticos para adivinar de dónde le venía el esférico. Hace dos semanas, recibió otros dos zambombazos en el Metropolitano, uno de Rodrigo de Paul y Otro de Samuel Lino casi desde su casa.
El estético y nada efectivo ‘palomiteo’ del ex cancerbero del Huesca solo sirve para embellecer los disparos rivales cuando vienen desde lejos. Ferllo destaca más por sus reflejos, como demostró ante un punterazo con muy malas intenciones de Lucas Vázquez.
Bonito homenaje del Bernabéu a Jesús Navas en el día de su retirada
Otra de las conclusiones es que por mucho que todavía tenga contrato en vigor, por si alguien tenía alguna duda, Iheanacho es cosa del pasado en clave sevillista. Aunque García Pimienta alabase la profesionalidad del (¿ex?) futbolista nigeriano en rueda de prensa previa, es impepinable que el técnico catalán ha tirado la toalla con él, como lo demuestra de manera fehaciente el hecho de que por segundo partido consecutivo haya optado en la segunda parte por un recién llegado a la cantera nervionense como García Pascual en detrimento del que fuera campeón del Mundo sub 17 en 2013.
Si la cordura toma el mando en Nervión, Iheanacho no debería volver a vestir la camiseta que con cantidades industriales de talento, garra y categoría tantas veces defendió Jesús Navas.
Al margen de la pobre imagen de los visitantes, el encuentro dejó un capítulo para el recuerdo: el respetuoso y sincero homenaje antes del pitido inicial del Bernabéu al palaciego en el día de su despedida. Todo el estadio puesto en pie, con las plantillas de Real Madrid y Sevilla brindando un merecidísimo pasillo a la leyenda del fútbol. Pocas veces ha dedicado Chamartín tamaña ovación a un jugador rival. Sin duda, detalle de grandeza del club que posiblemente haya disfrutado del mayor número de estrellas de la historia.