Real Betis – CA Osasuna | Mantener vivo el sueño de la Champions
Periodista deportivo y creador de contenido en redes sociales. Mi objetivo es hacer del deporte algo accesible y divertido para todos. Porque aquí el tiempo extra siempre es emocionante.
No hay respiro para un equipo que ha convertido la exigencia en su hábitat natural. Mañana, a las 21:00 horas, el Benito Villamarín volverá a abrir sus puertas para vivir otra noche grande. El Real Betis Balompié, clasificado ya matemáticamente para competición europea por quinta temporada consecutiva y con una final europea en el horizonte, no se conforma. Sigue mirando hacia arriba. Sigue soñando con la Champions League.
El rival será el Club Atlético Osasuna, un conjunto siempre incómodo, que llega a Sevilla con la intención de amargarle la fiesta a un equipo que ahora mismo vive en un estado de ilusión permanente. La victoria es obligatoria para los de Manuel Pellegrini, más aún después del triunfo por la mínima del Villarreal en Montilivi frente al Girona. El submarino amarillo no afloja, y el Betis tampoco puede hacerlo si quiere tener opciones reales de alcanzar esa quinta plaza que marcaría un nuevo hito en la historia reciente del club.
Euforia, desgaste y una plantilla al límite
El encuentro ante Osasuna llega apenas tres días después del partido más importante de la historia del club, la agónica semifinal europea contra la Fiorentina que acabó con el Betis firmando su pase a la final. El desgaste físico y emocional fue brutal. Hubo prórroga, lesiones, sufrimiento, épica. Por eso, todo hace indicar que Pellegrini introducirá rotaciones en el once inicial. Será necesario refrescar piernas, pero sin perder la intensidad competitiva que ha llevado al equipo a pelear por todo.
Futbolistas como Isco, Johnny, Bakambu o Bartra podrían descansar de inicio o tener menos carga de minutos, mientras que jugadores como Jesús Rodríguez, Altimira o Ruibal apuntan a tener protagonismo. La plantilla lo sabe: cada minuto cuenta, cada punto puede ser decisivo y cada jornada es una final.
Un estadio entregado a la causa
En Heliópolis ya no se trata solo de fútbol. Se trata de creer. La afición está completamente entregada a su equipo, a su entrenador y a la posibilidad de cerrar una temporada legendaria. Porque, más allá de la final del próximo 28 de mayo, lo que está haciendo el Betis en este tramo final de curso merece una ovación eterna.
La grada del Villamarín será, una vez más, el motor emocional de un equipo que ha hecho de la fe y del compromiso colectivo sus mayores virtudes. Porque, si algo ha quedado claro en las últimas semanas, es que este Betis tiene algo más: alma de campeón.
A por el todo
Quedan cuatro jornadas. Doce puntos. Un universo por decidir. Y el Betis, que ya ha hecho historia, quiere más. Quiere cerrar este año con una plaza en la máxima competición continental. Lo tiene difícil, pero lo va a pelear hasta el final. Porque este equipo ha demostrado que, cuando compite con el alma, puede vencer a cualquiera.
Mañana no se juega solo un partido más. Se juega otra batalla en la guerra por la gloria. Y el Villamarín volverá a rugir con una sola idea en la mente: seguir soñando despiertos.
