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«Els altres catalans» (Los otros catalanes)

«Els altres catalans» (Los otros catalanes)

Con el reencuentro de este recorte guardado con mucho celo -color amarillo arena por los años- de un periódico ya extinguido (El Noticiero Universal) he notado sensaciones que me sofocan y me hierve la sangre sólo de pensar el tiempo que ha pasado; si bien me reconforta saber que aún en los recuerdos mando yo.

José Nuevo, así se llama, es un amigo apodado «El Cajilla», sevillano de Carmona y un componente del trío que conformaron el grupo de sevillanas «Alma Flamenca». Los dos rocieros que completan la instantánea y que ilustran el artículo reivindicando en Cataluña la autonomía andaluza (1979), además de amigos son ursaonenses con mote también «El Merengue» (Manuel Moya) y el notable guitarrista «El Talega» (Juan Núñez). A éste último le vencieron las circunstancias y vive en Osuna. Ellos, entonces (30 años), exteriorizaron los sentimientos en Cataluña haciendo honor a un tópico andaluz: cantando.

Las fechas en el almanaque además de indicarnos el ritmo del año y de nuestra existencia desde el inicio y el final de la vida, también nos señalan momentos y acontecimientos decisivos. En 1977, en Barcelona hubo una importante expresión sonora de ideales patrióticos con motivo del regreso a su tierra de Josep Tarradellas, ex presidente catalán exiliado durante el franquismo. De aquel jolgorio manifiesto que congregó a más de un millón y medio de «catalanes», el güeto de andaluces no fue ajeno al acto y supuso un gesto sorprendente. En mi caso, así lo pienso, nunca tuve solapado en ningún fuero interno más ideales o sentimientos andalucistas que no fueran los de ser del Betis. Observando el mapa político actual es fácil pensar que la noticia que encabeza el recorte, hoy, es una utopía. Aún así, en la convivencia diaria sigo percibiendo retazos de una Cataluña solidaria mal que les pese a ciertos políticos con cara de burros catetos que les cuesta reconocer las propiedades del gazpacho andaluz o la tortilla española.

Días atrás, el amigo citado, José Nuevo, en alusión a un individuo de dudosa reputación me dijo que no invirtiera mi amistad con él que no era rentable. El concepto invertir no es sólo materialista, se puede apostar por la amistad, el amor a la familia o por la sociedad rural o urbana que te rodea. Yo, ese año, repito -1977- junto con la conformidad de mi media naranja así lo hice, invertí mi destino y acepté aquella Cataluña. Entendí que al no haber dado un paso más allá de los Pirineos no había necesidad de leer la letra pequeña y firmé sembrando genes en esta tierra.

Jordi Pujol –fundador de convergencia y unión (CIU)- es un político nacionalista con apariencia moderada pero siempre con voluntad de emanciparse. En 1979 comenzó a hacer valer la letra pequeña y pedir votos a los ciudadanos de “tercera” (els altres catalanes) para dirigir las riendas y después gobernar contra ellos. Consiguió llevar a cabo durante 23 años la andadura política anti andaluza-española derribando toros de Osborne.

Años más tarde se plantó ante mis incultas retinas un ejemplar literario de Paco Candel con título: «Els altres catalans» publicado en su primera edición en 1964. ¿Coincidencia? Podía ser, pero no. Jordi Pujol ya sugirió esta frase además de colaborar con datos con este escritor emigrante valenciano. Paco Candel sin ser académico (“57 libros”) se entregó literariamente a la causa del emigrante y humanizó el comportamiento de los andaluces en Cataluña. Entre otras obras publicó que, «ser obrero no era ninguna ganga”. El tiempo le dió la razón. Los políticos e individuos con intenciones segregadoras vieron truncados los esquemas… y ya ven. ¿No querían sopa? un tazón lleno; sin un nivel académico un «charnego» desarraigado andaluz de Iznájar es el Honorable de la Generalitat Catalana.”

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¿Realmente era la miseria cultural, el ser hombres poco hechos o el estado de ignorancia (según escribió el ex presidente catalán) lo que realmente preocupaba de los andaluces”? Más bien era/es el rasgo característico nuestro que les siguen reconcomiendo: Ser libres por «España» y la humanidad. Hay que ser listo o tener los reflejos de un lince para escupir para arriba y no caiga en la cara. Ecuatorianos, bolivianos, rumanos, chinos… y treinta culturas más, aquí están todos. Se han tenido que arrancar muchas hojas del calendario para que la ley de la gravedad cumpla la lógica, o lo que es lo mismo: que confirmara que Cataluña siempre necesitó de los emigrantes y que la imbecilidad nunca se dió a respetar.

Antonio Moreno Pérez


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