Quiero curarte, pero no así


Los médicos en su compromiso por salvar vidas pueden desafiar el sueño y el agotamiento. Pero esta romantización de la vocación erosiona la salud de los profesionales y ponen en riesgo la seguridad de los pacientes. Las jornadas de 24 horas, especialmente en servicios de urgencias de atención primaria y hospitalaria, son un peligro tanto para los profesionales como para los pacientes.
Este modelo de trabajo, aunque tradicionalmente aceptado, ha sido objeto de investigación debido a sus efectos en la salud física y mental de los médicos y en la calidad de la atención brindada a los pacientes. En este artículo se comentan aspectos significativos de estas largas jornadas, sus consecuencias y algunas posibles soluciones.
Las guardias y jornadas de 24 horas alteran profundamente los ritmos circadianos, lo que provoca una acumulación de fatiga física y mental. Diversos estudios han demostrado que, tras 16 horas de trabajo continuo, la capacidad de concentración disminuye drásticamente, equiparándose a los efectos de tener un nivel de alcohol en sangre superior al límite legal para conducir. Es como si lo atendiese u operase un médico con unas “copitas” de más.
Entre las afecciones físicas más comunes en los médicos que realizan guardias prolongadas destacan los problemas cardiovasculares, las alteraciones metabólicas y los trastornos del sueño
El síndrome de burnout encuentra un terreno fértil en las largas jornadas de trabajo. Este síndrome se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización (distanciamiento hacia los pacientes) y una sensación de ineficacia profesional.
Además, la presión por tomar decisiones críticas bajo condiciones de agotamiento, como ocurre en las guardias, puede incrementar los niveles de ansiedad y propiciar episodios de depresión.
Las jornadas de trabajo prolongadas pueden afectar tanto a los médicos como a los pacientes. El riesgo de errores médicos en diagnósticos y tratamientos aumenta cuando los profesionales trabajan más allá de sus límites físicos y mentales.
También, la calidad de la relación médico-paciente se ve afectada. Si los médicos exhaustos tienden a mostrar menos empatía y una menor capacidad para comunicarse eficazmente, lo que puede llevar a un deterioro en la experiencia del paciente y en los resultados de su atención.
Por último, los tiempos en que se producen lo relevos entre turnos, especialmente en jornadas largas, son un foco de riesgo y un peligro para el paciente. La fatiga incrementa las probabilidades de omisiones o errores en la transferencia de información clave, lo que pone en peligro la continuidad y seguridad del cuidado del paciente.
La evidencia sugiere que las guardias de 24 horas son perjudiciales tanto para los médicos como para los pacientes. A pesar de ello, este modelo persiste debido a la resistencia al cambio y las limitaciones en los recursos humanos y financieros del sector sanitario. Sin embargo, existen soluciones viables que podrían implementarse para mitigar estos efectos:
- Reestructuración de horarios: Reducir la duración máxima de las guardias y garantizar descansos durante las mismas. En algunos países, ya se han adoptado jornadas máximas de 16 horas, lo que ha demostrado una mejora en la calidad de vida de los médicos.
- Fomentar la salud mental: Proveer acceso a programas de apoyo psicológico, talleres de manejo del estrés y grupos de apoyo entre colegas.
- Mejorar las condiciones laborales: Contratar más personal médico para redistribuir las cargas de trabajo de forma equitativa y sostenible.
La dedicación de los médicos no deber comprometer su salud ni la seguridad de sus pacientes. Abordar el problema de las largas jornadas laborales requiere un cambio en el sistema sanitario. Es momento de priorizar la salud de quienes se dedican a cuidar a los demás y la sociedad debería involucrarse más en este problema que nos afecta a todos.
QUIERO CURARTE
Médico de pueblo. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Médico Ilustre del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Sevilla.
Autor del Blog: www.medicorural.es