¿Qué te han hecho Sevilla? El declive de la directiva fuerza una manifestación de peñas que mira de reojo Del Nido Benavente
El Sevilla FC ha experimentado una trayectoria de éxitos en el siglo XXI, con un crecimiento extraordinario tanto en lo deportivo como en lo económico, gracias en gran medida a una gestión eficaz en años anteriores. Sin embargo, en los últimos tiempos, la directiva del club, encabezada por Del Nido Carrasco y José Castro, y el equipo que lo rodea, ha sido objeto de duras críticas debido a una serie de decisiones que han derivado en un evidente declive, tanto en lo institucional como en lo deportivo.
Es por eso que en El Pespunte exploraremos las razones que hay detrás de la pérdida de confianza en la actual dirección del club, analizando los principales factores que han contribuido a esta crisis.
Gestión de José Castro y el Inicio del Declive
José Castro asumió la presidencia del Sevilla FC en diciembre de 2013, tras la renuncia de José María del Nido Benavente, quien había dirigido el club durante años de éxito. Durante los primeros años de Castro al mando, el Sevilla vivió una etapa dorada, con éxitos en la UEFA Europa League (títulos en 2014, 2015 y 2016 con Unai Emery, y en 2020 con Julen Lopetegui), además de una notable estabilidad financiera.
La gestión de Castro se basó en mantener una línea continuista respecto a la era de Del Nido, con Monchi como director deportivo liderando un proyecto basado en la compraventa de jugadores. Este modelo resultó exitoso durante un tiempo, permitiendo al club competir a nivel internacional sin un presupuesto comparable al de los grandes clubes de España.
Sin embargo, a partir de 2021, comenzaron a hacerse evidentes ciertos síntomas de declive en la gestión de la directiva. Uno de los momentos clave fue la pérdida de control en varias áreas clave del club, sumado a una serie de decisiones erráticas que comprometieron el futuro del equipo.
Uno de los problemas más señalados fue la falta de claridad y coherencia en la estrategia deportiva y económica, algo que afectó al rendimiento general del club y debilitó la imagen de la directiva ante la afición.
Provocando la salida de Monchi del Sevilla FC, la crisis económica que asola en el club de Nervión, incluso trayendo de vuelta a los fantasmas del pasado del descenso.
Ahora luego del relevo de sillones entre Pepe Castro y José María Del Nido Carrasco, nada ha cambiado. Se mantienen los altos salarios, el club sigue a la deriva, y el entrenador tiene que volver a meterlos en Europa con lo poco que le dan.
Inestabilidad en el banquillo
Uno de los problemas más evidentes ha sido la inestabilidad en la dirección técnica del equipo. En los años recientes, el Sevilla ha tenido múltiples cambios en el banquillo, lo que ha afectado la continuidad del proyecto deportivo.
- Salida de Julen Lopetegui: Lopetegui, quien lideró al equipo a la consecución de la UEFA Europa League en 2020, fue cesado en octubre de 2022 tras una serie de malos resultados en La Liga. Aunque su despido era esperado debido a la evidente crisis de resultados, su salida dejó al club en una situación vulnerable, sin un proyecto claro para su reemplazo inmediato.
- Breve paso de Jorge Sampaoli: La llegada de Sampaoli no resolvió los problemas deportivos, y tras varios meses de resultados irregulares, también fue cesado en marzo de 2023. Este constante cambio de entrenadores demuestra una falta de planificación y visión a largo plazo por parte de la directiva, que ha sido incapaz de consolidar un proyecto deportivo sólido.
- Apuesta por José Luis Mendilibar: Aunque Mendilibar logró enderezar el rumbo del equipo en la segunda mitad de la temporada 2022-2023 y llevó al Sevilla a un histórico séptimo título de la UEFA Europa League, fue despedido a finales de 2023, tras una serie de malos resultados en La Liga. Este despido generó malestar entre la afición, que veía cómo el club no conseguía estabilizarse a nivel deportivo.
- La Barbacoa y Diego Alonso: Luego de la salida de Mendilibar y con Víctor Orta al frente de la parcela deportiva, se tomó la decisión de contratar al peor entrenador de lo que llevamos en el S.XXI en el Sevilla FC. Orta optó por la apuesta del ex seleccionador uruguayo, Diego Alonso, una apuesta que él conocía y apostaba personalmente luego de conocerle en una barbacoa en la que coincidieron hace un tiempo. ¿El resultado? De 14 partidos solo ganó 2 y eran equipos no profesionales, al Quintanar y al Atlético Astorga, perdió 7 y empató 5. Unas cifras que provocó el primer batacazo gordo de Víctor Orta
- La redención de Quique Sánchez Flores: Luego del estrepitoso paso del charrúa por Nervión, se optó por una apuesta más nacional y que ayudara al equipo salir del embrollo. Quique salvó al equipo, pero optó por no renovar luego del desgaste que tuvo en el banquillo hispalense. El madrileño le dio el testigo a García Pimienta, que por ahora la cosa pinta mal si siguen sin llegar las victorias.
Esta inestabilidad en el banquillo refleja una directiva que no ha sabido gestionar las crisis y ha tomado decisiones precipitadas, sin un proyecto claro que asegure el éxito a largo plazo.
Fichajes fallidos y crisis en la política de refuerzos
Otro de los puntos que ha generado críticas hacia la directiva es la política de fichajes. El Sevilla había sido un modelo en la captación de jugadores de bajo costo, que posteriormente se revalorizaban en el mercado. Sin embargo, en los últimos años, las adquisiciones han sido cuestionables y, en muchos casos,fallidas.
- Malas decisiones en fichajes clave: Jugadores como Isco, que fue fichado en la temporada 2022-2023, llegaron al club con grandes expectativas pero no lograron rendir al nivel esperado, llegando incluso a las manos con Monchi por aquel entonces. De hecho, Isco fue cortado antes de que terminara la temporada, lo que evidenció la falta de una evaluación adecuada en la política de fichajes.
- Venta de jugadores importantes: Jugadores clave como Jules Koundé y Diego Carlos fueron vendidos en el verano de 2022, lo que debilitó significativamente al equipo. Aunque las ventas eran necesarias desde el punto de vista financiero, los reemplazos no estuvieron a la altura de las expectativas, además del malgasto en algunos fichajes como Tecatito o Martial, lo que afectó, y sigue afectando, al rendimiento del equipo en la defensa.
- Pérdida de competitividad en el mercado: Durante años, el Sevilla competía por fichajes en el mercado internacional con un gran ojo clínico gracias a Monchi. Sin embargo, en las dos últimas temporadas, varios de los fichajes realizados no han tenido el impacto esperado, incluso teniendo que regalar o rescindir a gran parte de ellos. La directiva ha perdido agilidad en el mercado y ha sufrido una pérdida de credibilidad.
Relación tensa con la afición y tensiones entre accionistas
La relación de la directiva con la afición también se ha deteriorado considerablemente. Las decisiones controvertidas y los malos resultados deportivos han generado protestas en diversas ocasiones, con sectores de la hinchada pidiendo la dimisión de José Castro y su equipo.
- Críticas a la gestión deportiva y económica: La afición sevillista ha cuestionado repetidamente la gestión de los recursos del club, con quejas sobre la falta de inversiones acertadas y la percepción de que el club ha retrocedido en términos de competitividad.
- Tensiones con los accionistas: Las tensiones entre Pepe Castro y Del Nido Carrasco, con los diferentes accionistas, como José María del Nido Benavente, han generado inestabilidad en la gestión institucional del club. Del Nido, quien fue presidente del Sevilla entre 2002 y 2013, ha intentado recuperar el control del club en varias ocasiones, promoviendo una campaña interna para desalojar a los “okupas” ,como él los califica, de la presidencia. Esta división interna ha afectado la imagen del club y ha generado incertidumbre sobre el futuro de la entidad, que por ahora con la actual directiva va por un mal rumbo.
Estancamiento en la infraestructura y desarrollo del club
Otro aspecto que refleja el declive en la gestión de la directiva es el estancamiento en la mejora de las infraestructuras y en el desarrollo general del club:
- El estadio Ramón Sánchez-Pizjuán: Aunque se han realizado algunas mejoras en el estadio en los últimos años, el proyecto de renovación completa no ha avanzado al ritmo esperado. Las infraestructuras del club, en comparación con las de otros equipos de la élite europea, han quedado rezagadas, lo que afecta la experiencia de los aficionados y los ingresos del club.
- Desarrollo de la cantera: El Sevilla ha sido conocido por su capacidad para formar jóvenes talentos, pero en los últimos años, el desarrollo de jugadores desde la cantera ha disminuido. Esto refleja una falta de enfoque estratégico en la base, lo que es fundamental para un club con los recursos del Sevilla.
- Situación financiera delicada: Luego de muchos años haciendo gastos importantes, y con sueldos muy exorbitados, el Sevilla está obligado a volver a sus orígenes. Pagar deudas, vender a un precio razonable, y comprar barato.
- Dependencia excesiva de la venta de jugadores: El Sevilla ha dependido durante años de la venta de jugadores para mantener su estabilidad financiera. Sin embargo, como se mencionó antes, las ventas recientes no han tenido el mismo impacto positivo, y el club no ha podido generar ingresos equivalentes a través de los fichajes de salida.
La mejor solución a este declive es optar a un relevo que sepa solucionarlo
El declive de la directiva del Sevilla FC en los últimos años está marcado por la inestabilidad en la gestión deportiva, decisiones erráticas en el mercado de fichajes, tensiones internas, y una relación cada vez más tensa con la afición. Bajo el liderazgo de José Castro y Del Nido Carrasco el club ha pasado de ser un modelo a seguir en cuanto a gestión deportiva y financiera, a enfrentar una crisis de identidad y resultados.
Para revertir esta situación, es imperativo que la directiva encuentre una estrategia clara y coherente para reestructurar tanto el aspecto deportivo como económico del club. Sin una visión a largo plazo y un enfoque unificado, el Sevilla corre el riesgo de prolongar esta etapa de declive, alejándose de la élite del fútbol español y europeo donde logró establecerse en décadas pasadas.
La mejor solución que habría en estos momentos es dimitir. Darle el testigo a alguien capaz de revertir la situación antes de que sea demasiado tarde, ya sea Del Nido Benavente o Fabrice Pastor.