Protagonistas
Las jugadoras de la Selección Española de fútbol se han levantado en armas contra el seleccionador nacional. No quieren ni en pintura al tal Jorge Vilda. Quince de ellas así se lo manifestaron a una periodista de la Cope el jueves por la noche: “Lo echamos por nuestros ovarios”. Hace aproximadamente un mes, esta tensión se filtró, las jugadoras lo desmintieron y esta semana han vuelto a la carga. Algo muy grave ha tenido que hacer el entrenador porque si no, es difícil de explicar al gran público lo que está ocurriendo. Desde luego, la imagen que se está dando hacia el exterior es nefasta, aunque, claro, si el que tiene que ocuparse de que la selección dé buena imagen es Luis Rubiales pues vamos apañados.
Para matarse en silencio, es necesario que alguien muera. También les digo, es mucho más inteligente la campaña, ya de frente, de las jugadoras que el absurdo intento de escenificación que hizo la tercera fuerza política de nuestro país cuando intentó vender la puñalada a Olona con un “hasta pronto, querida amiga”. A Macarena la masacraron, pero decidieron dejarla con vida. “Su familia”, como ella se sigue refiriendo a la dirección de Vox, ha demostrado que no la conocía tan bien, la subestimaron, creyeron que después de semejante paliza no iba a tener ni la fuerza ni el coraje de levantarse. Un enemigo es peligroso cuando ha sido tu amigo, pero mucho más si a eso le sumas que lo tuviste agonizando y lo dejaste vivir. Nunca sale bien el “soltamos las armas a la vez” ni el “venga, puedes marcharte”. Olona tiene el plano del interior del edificio y gente a sus espaldas. Por ahora, ha ido una jugada por delante de la dirección del partido, marcándole con sus movimientos las respuestas. Espinosa de los Monteros trató de tirar el tablero: “Este es el fin del camino”, pero ella el Camino de Santiago ya lo terminó en verano.
A Irene Montero, esos mismos que están ahora aprendiendo a hacer contorsionismo para tratar de contar la reyerta en Vox sin mojarse ni mancharse demasiado, le han hecho esta semana una campaña de difamación absurda por unas declaraciones en las que la ministra de igualdad hablaba de la libertad sexual de los niños, niñus, niñes, neñes y noños. La acusan de hacer apología de la pederastia. Hay muchos tipos de tontos, pero uno de los peores es el que intentando hacer daño hace el ridículo. Da miedo la cantidad de gente en redes que se ha sumado a esta campaña absurda que lo único que denota es la estupidez de este tipo de personas. Anda que no hay cosas para criticar a Irene Montero para andar traficando con bulos y mentira.
El domingo en Italia hay elecciones, todo apunta a que la neofascista Giorgia Meloni ganará. Ursula von der Leyen se ha apresurado a dejar claro que en la Unión Europea se van a seguir respetando los principios democráticos, que si no Italia correrá la misma suerte que Polonia y Hungría. Unas declaraciones, a 48 horas de las elecciones, que denotan nerviosismo y desesperación. Donde sí que no se respetan los principios y los valores democráticos es en Irán, donde esta semana hemos asistido a una revolución histórica de mujeres, que tras la muerte de una chica de 22 años a manos de la Policía han comenzado una campaña reivindicativa en la que han quemado los velos que les obligan a llevar, se han cortado el pelo y se han lanzado a la calle a plantar ovarios. Así comienzan las conquistas sociales, las que hacen que haya una selección femenina de fútbol, las que ponen a las mujeres en la primera línea de la política, la que hace que las grandes protagonistas de la semana sean mujeres.
EL POYETE
Sevilla, 2001. Caballo de carreras de fondo, escritor de distancias cortas. Periodista, bético, sevillano.