Pronunciado el Pregón de la Patrona, la Virgen de Consolación

Pregón de ConsolaciónLa Solemnidad de la Natividad de la Virgen María fue pregonada, en su víspera, por Álvaro Reina García de manera magistral. La presentación, realizada por José Manuel Torrejón Japón, igualó en calidad del texto del pregonero, viviéndose, por tanto, en la noche del 7 de septiembre un acto literario cofrade, mariano y comprometido con la Iglesia de suma relevancia. Un pregón que bien se recordará y que muchos, por desgracia para ellos, se perdieron.

José Manuel Torrejón dejó patente en sus palabras las cualidades personales del pregonero, entre otras su discreción, silencio y querer pasar desapercibido. Para ello, durante la lectura de su texto no mencionó su nombre hasta el final: “Álvaro Reina”.

También dio las gracias a Dios por haberlos echo coincidir en este día a los tres: a la Virgen, a Álvaro y a él. Y entre tanto repasó su trayectoria como amigos: cuando afianzaron su amistad un Viernes Santo, sus convivencias en la visita de Juan Pablo II a Madrid, en el Rocío o como testigo del reciente matrimonio del pregonero.

Entonces tomó la palabra Álvaro durante unos treinta minutos. Comenzó diciendo que “nunca había estado en la romería de la Patrona, no recordaba haberse montado en las atracciones para niños de su Velá, no haber visto en su casa ninguna estampa de la Virgen de Consolación”… Pero dominando las diferentes técnicas del discurso, al final de su pregón nombró una gran lista de todas las personas de las que es Patrona Ntra. Sra. de Consolación: “de los que discuten si la ardoria está más buena con patatas fritas o sin ellas, de los catequistas, de los drogadictos, de los sacerdotes, de los moros y los chinos, de los que ponen la basura en la casa de enfrente, de los que andan sin camiseta por las calles, de los que comulgan todos los días”, etc. queriendo reflejar que de él también es Patrona, justificando así su posición, inmerecida según él, tras el atril y declarándose, en sus últimas palabras: “siervo de la Virgen María”.

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Entre tanto, sus palabras manifestaron el variado y rico contenido con que contaba su pregón. Por ejemplo, el contexto de la llegada de la Virgen de Consolación a Osuna y las imágenes y pinturas que la rodean en su Iglesia. El significado del nacimiento de la Virgen María: “a lo que Ella nació cuando dijo “fiat” en la Anunciación, a su posición junto a la cruz de Jesús, como su discípula”… También abordó temas de actualidad, como la retirada de símbolos religiosos de lugares públicos pero enfocado a cómo nos encontraríamos los cristianos de Osuna si desaparecieran las referencias a la Virgen María: “si no existiera la Parroquia de la Victoria, si se derribaran la Colegiata y la Universidad, si desapareciera el nombre de la calle Virgen de Belén”, etc. O el aborto, explicado desde su propia experiencia como padre, que recientemente lo ha sido. Todo ello resultó perfectamente hilado y claramente expresado, con elegancia, compromiso y respeto.

De este modo singular, para gustos de uno o disgustos de otro, al estilo “Álvaro Reina” como muchos comentaban, fue pregonada en 2010 la fiesta de la Natividad de la Virgen María, Patrona de Osuna Ntra. Sra. de Consolación.

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