Preguntas
Ante un editorial como éste, se me ocurren unas preguntas, que dudo mucho que encuentren respuesta, pero que de cualquier modo, ahí las llevan.
-1 ¿Por qué ningún responsable del consistorio da una mínima explicación sobre el asunto?
Podrían respondernos que el periódico local no es el lugar más indicado para hacerlo.
Válida la canasta.
Aún cuando no carezcan de cierta razón, no dejaría de ser una forma de “salirse por la tangente”, ya que se les podría objetar que desde el periódico sus explicaciones -si es que quieren darlas- llegarían a más gente que si se produjeran en el Salón de Plenos o en un tablón de anuncios.
En el Salón de Plenos, da la impresión que se persigue más el acoso y derribo de adversario-contrario-enemigo (llámenle como quieran), que la solución de los problemas.
Los ciudadanos buscamos soluciones para nuestros problemas, que a fin de cuentas, para eso les pagamos.
-2 ¿Por qué nos tratan a los ciudadanos como a niños o como a tontos?
¿Por qué nos tratan como si no nos diéramos cuenta de las cosas? Sepan ustedes que estamos hartos de este trato que recibimos de nuestros gobernantes, de este Sagasta-Canovismo no escrito, que exige mucho al contribuyente y poco o nada a las contribuciones, que crea una sensación de impunidad del gobernante y de indefensión del gobernado, que quema más que Rajoy, Montoro y de Guindos juntos.
Un Ayuntamiento que hace una obra de ese modo, ¿cómo cumplirá los otros servicios?
Piénsenlo. La pregunta es como mínimo, lógica.
-3 ¿Por qué todo el mundo escribe sus comentarios bajo seudónimos?
¿Ni para eso tienen el valor de poner su nombre y apellidos?
Uno que se pasea por todos los rincones sociales de este pueblo, se puede molestar pero no sorprender, al ver cómo “pelotillean” a gente a la que (con razón o sin ella), le han quitado la piel a tiras poco antes, ocultos bajo la túnica y capucha del seudónimo, que –por sus intenciones- más parecen del Ku-Klux-Clan que de otra cosa, a pesar de que estemos en tierra semanasantera.
No critican al edíl de turno a cara descubierta, no sea que le necesiten mañana para un asunto personal.
No crea usted que es por ética ciudadana.
El ciudadano mantiene su estómago agradecido a cambio de migajas, cuando no gratis, mientras lava su conciencia haciendo crítica bajo capucha, sin proponer nada a cambio, ni darse cuenta (o dándose, pero sin importarle) que pone de manifiesto una cobardía proverbial, cosa que está más cerca del chivato que del que quiere hacer algo positivo.
Suelen estar tocados de cierto afán de notoriedad, y como buenos galgos “entran en todas las pegadas”, aunque luego….
corran como buenos galgos.
Los hay que hasta escriben artículos de opinión, y es que como dijo Rafael El Gallo: “Hay gente pa tó”.
Un servidor, al que se me podría tachar de descarado, pero nunca de hipócrita, tiene la rara habilidad de echarse más de un enemigo al día, y ante esta tipología humana, recuerda a un entrañable amigo: Gustavo Rodríguez, más de Osuna que el Higueral, el cual y a la pregunta de otros amigos forasteros sobre cuando era el mejor momento para visitar Osuna, contestó con sorna:
“A mediados de Julio y a las cuatro media de la tarde”.
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Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).