
EL CIBERDIVÁN, LA OREJA DE FREUD.
Psiquiatra psicoanalista impulsó la reforma psiquiátrica “salta la tapia” en el hospital de Miraflores. Fue Director de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) y Coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Autor de numerosos artículos científicos. Tiene dos libros publicados: Psicoanálisis medicina y salud mental, y La religión en el diván.
La vida política española mantiene un tono pornográfico, ¿por qué lo digo? La definición de pornografía según la RAE es: Representación explícita de actos sexuales que busca producir excitación. Es decir, no busca educar, enseñar, promocionar el amor entre las personas, no, sólo busca la excitación. El discurso político de algunos de sus protagonistas lo podemos considerar pornográfico cuando lo único que busca es producir la excitación malsana de sus partidarios demonizando a los rivales y el cabreo encorajinado de los rivales que solo quieren devolverles la ostia recibida en los mismos términos. Este discurso político no busca la reflexión, el debate de ideas, la verdad de lo que ocurre. Además, la pornografía, y eso es lo terrible del acceso de los niños y jóvenes a ella, hace pasar una mentira por una verdad, ya que las explícitas relaciones sexuales que aparecen son un puro teatro, que el consumidor puede confundir con lo que es o debe ser la vida y la realidad, una promoción de la violencia machista en las relaciones sexuales, la humillación de la mujer, empoderar el goce perverso, goce parcial, como lo normal, sobre el amor, el respeto y el disfrute sexual mutuo.
Lo asombroso del caso Iñigo Errejón (diputado y portavoz del grupo político SUMAR), es que tras un adulto con cara de niño inocente, modosito en su actividad pública, con un discurso prolijo que transmite cierta pesadez mas que apasionamiento, pues detrás de este personaje aparece de pronto la persona, un abusón de marca mayor (ya veremos si ha delinquido). Él dice en su carta exculpatoria que “He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona”. No es cierto, este tipo de personas manipulan, porque al limite no ha llegado él, por él hubiera seguido, el límite se lo ha puesto la mujer acosada y las mujeres violentadas y maltratadas por él, que lo han hecho público. Es falso que él haya llegado al límite, se le ha puesto límite, y la contradicción ahora la hemos visto nosotros, él seguro que la llevaba viendo hace mucho tiempo.
Me parece totalmente oportuna y definidora de quién es la persona, porque el personaje la fachada es la que conocíamos, las declaraciones de la que fue su pareja Rita Maestre, dice de él: «Una persona de apariencia normal, un ‘buen novio”, pero “era a la vez un misógino que volvía a casa con normalidad después de agredir a una mujer de 20 años en un hotel”, “ni he sido parte ni tengo constancia de ningún encubrimiento de ninguna agresión ni acción violenta porque no lo ha habido. Más bien me siento profundamente engañada, y ese engaño resulta devastador”.
La palabra utilizada tanto por esta expareja y su exorganización, es un efecto devastador, descubrir un engaño, una impostura, pues lo traumático no suele ser la magnitud del acontecimiento, sino la traición de una persona que tiene nuestra confianza y descubrimos que era una fachada para conseguir lo contrario de lo que esperábamos, como aquí ha ocurrido.
Una imagen, una foto, no es una verdad, es un dato que hay que hilar en unos hechos y circunstancias, ni la foto de Feijóo con su amigo poco recomendable Dorado, hace casi 30 años es categórica para nada, como tampoco la actual del presidente Sánchez con el Sr de Aldama.
Fomentemos la educación sexual en respeto igualdad y disfrute mutuo, y los discursos políticos con ideas argumentos y proyecciones hacia la realidad que todos vivimos, para mejorarla.
Gracias a la periodista Cristina Fallarás, que ha acertado con su espacio, porque ha conseguido que seamos mas libres conociendo la verdad, aunque esta sea a veces devastadora.
