Pellegrini encuentra en los jóvenes el impulso que necesitaba el Betis


La victoria del Real Betis en Son Moix no sólo sirvió para coger aire en la tabla. Lo de ayer fue mucho más que un simple resultado. Fue un día de revelaciones, de coraje, de esos que te reconcilian con el fútbol. La cantera verdiblanca se expuso al mundo y demostró que, cuando llegan las adversidades, cuando las lesiones y la niebla se ciernen sobre el equipo, los más jóvenes pueden ser los que saquen las castañas del fuego. No hay quien represente mejor los valores del Betis que ellos, y actuaciones como la de ayer tienen que invitar a Pellegrini y a la dirección deportiva a reflexionar. Porque el futuro ya está aquí.
La voluntad de Sergio Arribas
Con tan solo 21 años y el dorsal 57 a la espalda, Sergio Arribas, un central que tuvo que improvisar como lateral izquierdo, dejó claro que no hay reto demasiado grande para alguien con hambre y talento. Y encima, enfrentándose a un grandísimo extremo como Robert Navarro.
A priori, parecía que iba a ser el eslabón más débil de la zaga. Pero lo que vimos en Son Moix fue a un futbolista maduro, inteligente, rápido, potente y con un sentido táctico admirable. No sólo cumplió, sino que se lució: impecable en los duelos, contundente al despejar y resolutivo en los uno contra uno. Incluso llegó a salvar dos goles clarísimos en la misma jugada, demostrando una sangre fría que parece impropia de alguien que debuta en la élite. Ahora queda una pregunta en el aire: ¿tiene Pellegrini motivos para devolverle el puesto a Perraud o Arribas se ha ganado el derecho a seguir en el once?
La valentía de Ángel Ortiz
Era uno de los canteranos que más pedía la afición, pero Pellegrini aún no le veía listo para dar el salto. Sin embargo, el destino, siempre caprichoso, quiso que fuera su día. La lesión de Bartra le dio la oportunidad de salir como titular en el lateral derecho, y vaya si la aprovechó. Ángel Ortiz no sólo cumplió, sino que maravilló con su entrega y su descaro.
Fue una delicia ver cómo peleó cada balón, cómo corrió la banda una y otra vez y, sobre todo, cómo buscó generar peligro en ataque. Lo más sorprendente es que hizo algo que hacía tiempo no veíamos en un lateral verdiblanco: esa jugada tan “simple” de ganar el espacio en carrera y sacar un centro plano y preciso, como el que puso para la asistencia del gol. Su partidazo no sólo sirvió para darle aire al equipo, sino también para que la dirección deportiva no pierda el tiempo y cierre su renovación cuanto antes.
El talento de Jesús Rodríguez
Lo de Jesús Rodríguez es especial. Es el ojito derecho de la afición, y no es para menos. Este chaval tiene algo que ilusiona, algo que recuerda a aquel Joaquín en sus primeros años. No es sólo su desborde o su valentía para encarar, es que tiene una personalidad arrolladora. Es increíble cómo los más veteranos confían en él y le buscan en cada jugada, sabiendo que tiene magia en las botas.
En Son Moix, volvió a ser decisivo. Provocó la expulsión de un rival y dejó claro que, aunque sea un niño, es capaz de echarse el equipo a la espalda. La llegada de Antony ha generado debate entre los béticos, porque lo que se escucha ahora es que nadie quiere que el brasileño frene la progresión de este canterano. Y no es para menos.
La garra de Pablo García
Pablo García es beticismo puro. El chaval no sólo tiene calidad y talento, sino que contagia con su energía y su carácter. Ayer en Son Moix fue un auténtico agitador. Generó peligro constante, buscó el balón sin descanso y, sobre todo, demostró que no le teme a nada ni a nadie. Enfrentarse a un tipo como Samu Costa, conocido por su intensidad, no es fácil, pero Pablo salió victorioso de cada choque.
Es el ejemplo perfecto de lucha, sacrificio y amor por el escudo. Es de esos jugadores que amas tener en tu equipo, porque sabes que va a dejarse el alma en cada jugada. Ojalá podamos verle mucho más, porque tiene algo especial.
Mateo, Vieites, Guirao…
No podemos olvidar al resto de canteranos que, poco a poco, están dando pasos al frente. Está Fran Vieites, que sigue siendo una alternativa muy válida en la portería; Nobel Mendy, que aún no ha tenido suerte con las lesiones pero tiene mucho potencial; Dani Pérez, un diamante en bruto que sólo necesita tiempo. Y qué decir de Mateo Flores, que ya sabe lo que es enfrentarse a todo un FC Barcelona.
La fábrica verdiblanca sigue produciendo talento, y actuaciones como la de ayer en Son Moix son la mejor prueba de que, cuando las cosas se ponen difíciles, la cantera está preparada para dar el aire que el equipo necesita. Porque en el Betis, cuando los veteranos no están, los niños sí responden. Como hemos comentado al principio de este artículo, lo vivido en Son Moix no fue un partido cualquiera. Fue una bocanada de esperanza, una de esas noches que se quedan grabadas en la memoria porque nos recuerdan que los sueños son posibles. Los chicos de la cantera dieron un paso al frente y demostraron que el futuro del Betis no está sólo en las estrellas que puedan llegar, sino en esos jóvenes que llevan el escudo grabado en el corazón.
Quizá algún día, dentro de años, recordemos esta noche como el inicio de algo especial. Tal vez sea el comienzo de una nueva generación que avive la ilusión de los aficionados verdiblancos y que los vuelva a hacer soñar con grandes conquistas. Porque en el Betis, la cantera no sólo es una solución de emergencia, es el alma del club. Y anoche, esa alma brilló con más fuerza que nunca.

Periodista deportivo y creador de contenido en redes sociales. Mi objetivo es hacer del deporte algo accesible y divertido para todos. Porque aquí el tiempo extra siempre es emocionante.