Partidos de infarto
Pasamos la primera década del siglo XXI y estamos inmersos en el “boom” de la era tecnológica de las telecomunicaciones. Hoy en día muchos tienen móviles, cámaras digitales, reproductores de música…pero nadie lleva un desfibrilador pórtatil aun.
El día 3 de Enero presencié el partido del Osuna B.C. contra el San Antonio, a primera vista no faltaba de nada: ocasiones, emoción, público entregado, polémica arbitral y cervecita en el descanso. Pero si analizabas más detenidamente faltaba algo, que, a día de hoy, por ley debe estar (o al menos debería) en los recintos donde se practican actividades deportivas: un desfibrilador portátil de emergencia y por supuesto una dotación de Cruz Roja.
¿Dónde estaban ellos? Realmente no lo sé, eso es un debate en el cual no quiero entrar. Pero está claro que ante la “epidemia” de problemas de corazón que a día de hoy se ven en los terrenos de juego, clama al cielo que no haya una dotación mínima para ganar tiempo y llegar al hospital (que por suerte tenemos).
Lo sé, lo sé, en el centro hospitalario no hay cirugía cardiovascular, pero como alguien dijo una vez: “menos da una piedra” ¿no?
El último caso conocido es el del jugador sevillista Sergio Sánchez, al cual se le ha detectado un problema que por ahora lo mantiene alejado del fútbol. Y lanzo una reflexión: si en la élite del fútbol, dichos problemas cardiovasculares pasan “de puntillas” ante los ojos de los equipos médicos de los clubes, en categorías más bajas mejor ni pensarlo ¿verdad? Y es que creo que el problema está en que no se piensa en ello, o al menos, no se quiere.
Claro que son enfermedades que pueden no dar nunca la cara hasta bastante tarde, véase el caso de Thuram, jugador que militara en la Juventus o el Barcelona, y que al querer retirarse en Francia le detectaron una enfermedad en el corazón. Es decir, estamos ante algo estadístico, donde no podemos prever con total seguridad que vaya a pasar y cuándo.
Por lo tanto, quiero exponer mi opinión lo más claramente posible. Hoy en día hay desfibriladores portátiles que pueden ser usados por personas de a pié. Qué menos que tener uno por si acaso, puesto que ya se sabe: “más vale prevenir que curar”. También sería bueno que el ayudante, equipo y entrenador (sobretodo en estas categorías) tuvieran un mínimo de nociones de reanimación. En cuanto a la carestía de miembros de Cruz Roja y/o ambulancias…eso es un tema que dejo abierto para que se reflexione.
Alberto Fernández Núñez
Periódico joven, libre e independiente.
Fundado el 24 de noviembre de 2006 en Osuna (Sevilla).