Paola García-Costas, directora de cine: “el cine es una de las herramientas más poderosas para generar empatía y reflexión”
La cineasta, guionista, escritora y columnista de El Pespunte, Paola García-Costas, conocida por documentales como Línea de Meta y Todos los Caminos, protagonizado por Dani Rovira y Clara Lago, forma parte del jurado de la sección Women in Focus en el Festival de Cine de Sevilla.
Miembro de la Academia de Cine de España y galardonada con numerosos premios internacionales, Paola García-Costas reflexiona sobre el poder del arte para simbolizar la realidad, la importancia de visibilizar el talento femenino en el cine y adelanta detalles sobre su próximo largometraje.
Con tu destacada trayectoria como cineasta y escritora, sabemos cuánto estás aportando al Festival de Cine Europeo de Sevilla. Pero, ¿qué ha significado para ti formar parte del jurado oficial en la sección Women in Focus?
Muchas gracias por tus generosas palabras. Creo sinceramente que muchas compañeras aportan, y seguirán aportando, al Festival de Cine Europeo de Sevilla. Para mí, formar parte del jurado oficial de Women in Focus, un premio tan necesario impulsado por AAMMA (Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales), ha sido un auténtico regalo. Primero, por la confianza depositada por una organización como AAMMA, que trabaja incansablemente para garantizar que el cine y los medios audiovisuales sean más que un simple medio, que sean un instrumento artístico comprometido con la verdad, la belleza y la revelación para quienes disfrutan de este arte. Además, abogan por un entorno de respeto absoluto, sin abusos de ningún tipo, ni delante ni detrás de las cámaras. Este premio celebra el respeto, la libertad y el derecho a ser quien cada una desee ser, lo cual lo hace especialmente relevante y valioso.
Por otro lado, formar parte de esta experiencia en la 21ª edición de un festival europeo que cuenta con un jurado de figuras tan reconocidas como Jeremy Irons, David Puttnam, Mounia Meddour y Paola Malanga, entre otros, es un privilegio. Pero lo que lo hace aún más especial es compartir esta responsabilidad con mis compañeras del jurado de AAMMA: Ana Ruiz, Paula Romero y Zaira Mesa. Analizar y disfrutar de películas con ellas ha sido un placer. Son excelentes, su talento y sensibilidad han enriquecido aún más esta experiencia única.
¿Y cuál ha sido finalmente la película ganadora de la sección Women in Focus?
“This Life of Mine” de la directora y guionista Sophie Fillières. Si aún no la has visto, tienes que verla. Es una película libre, luminosa y profundamente conmovedora, que aborda con humor y sensibilidad la complejidad de su protagonista, Barbara Bichette, una mujer de 55 años que se resiste a ser encasillada por las convenciones. En lugar de conformarse, busca el sentido de su existencia con una perspectiva poética y descentralizada, alejándose de los caminos predefinidos.
Tus largometrajes documentales, como Línea de Meta y Todos los Caminos, abordan temáticas profundamente humanas con un enfoque bio-psico-social. ¿Qué importancia crees que tiene el cine como herramienta para visibilizar historias que humanicen y transformen la sociedad?
Creo firmemente que el cine es una de las herramientas más poderosas para generar empatía y reflexión. En documentales como Línea de Meta y Todos los Caminos, mi objetivo ha sido conectar a las personas con realidades que a menudo pasan desapercibidas, pero que tienen un enorme impacto social y humano. El enfoque bio-psico-social permite mostrar a las personas como seres complejos, con una red de interacciones y circunstancias que moldean sus vidas. Esto no solo humaniza las historias, sino que también invita al espectador a cuestionarse su propio lugar en la sociedad y cómo puede contribuir a un cambio positivo.
Creo que el cine tiene la capacidad de transformar, no solo a nivel individual, sino también en cómo colectivamente entendemos y abordamos temas importantes. Romper paradigmas sociales al exponer historias que nos desafían a ver la realidad desde perspectivas distintas. Cuando una película muestra experiencias humanas auténticas, pone en evidencia las estructuras sociales que muchas veces limitan nuestra visión o perpetúan prejuicios. Esa confrontación con otras realidades puede ser profundamente transformadora. Además, el cine también impacta en el poder personal del espectador. Cuando alguien se identifica con una historia, siente empatía o incluso incomodidad, se activa un proceso de reflexión interna. El espectador puede empezar a cuestionarse creencias limitantes o descubrir que tiene más capacidad de acción de la que pensaba. De esta forma, el cine no solo informa, sino que inspira, empodera y conecta al público con su propio potencial para ser agente de cambio en su entorno.
Has trabajado con artistas de renombre como Antonio Orozco, Dani Rovira, Clara Lago y Miguel Poveda, entre otros, además de haber colaborado y distribuido tus películas en plataformas internacionales como Amazon Prime, Rakuten y Netflix. ¿Crees que esta combinación de lo íntimo y lo global te brinda una perspectiva única al valorar las películas del festival?
Sin duda, esa dualidad entre lo íntimo y lo global marca profundamente mi forma de abordar las historias y, por ende, mi visión al valorar las películas en un festival como este. Trabajar con artistas como Antonio Orozco, Dani Rovira, Clara Lago o Miguel Poveda, tan conectados a su propia esencia y al alma de su arte, me ha enseñado a valorar la autenticidad, la conexión emocional y el impacto personal que una obra puede tener en el espectador. Por otro lado, colaborar con plataformas internacionales me ha permitido entender la importancia de trascender fronteras culturales y conectar con audiencias diversas, sin perder la esencia de lo que hace única una historia.
Cuando veo las películas en un festival, trato de combinar ambas perspectivas: la sensibilidad hacia lo íntimo, lo que nos toca como individuos, y la capacidad de identificar cómo una obra puede resonar en un contexto global, cruzando barreras culturales o sociales. Creo que esta mezcla de experiencias me da una herramienta valiosa para entender las películas desde una mirada más rica y matizada.
Como miembro de la Academia de Cine de España y de instituciones como EGEDA, ¿cómo crees que las academias y festivales, como el de Sevilla, pueden contribuir a impulsar la presencia y el reconocimiento del trabajo de las mujeres cineastas?
Las academias y festivales tienen un papel fundamental en el impulso y reconocimiento del trabajo de mujeres cineastas. En el caso de las academias, como la Academia de Cine de España, tienen la responsabilidad de visibilizar y celebrar la diversidad de miradas, incluyendo las de las mujeres, que históricamente han estado subrepresentadas en el sector. Esto puede hacerse mediante programas específicos de formación, mentorías, becas, y, sobre todo, garantizando que las decisiones en los procesos de selección y nominación sean inclusivas y representativas.
Por su parte, festivales como el de Sevilla son espacios clave para dar visibilidad al trabajo de mujeres cineastas, tanto emergentes como consolidadas. Secciones como Women in Focus (AAMMA) son esenciales porque no solo destacan obras dirigidas por mujeres, sino que también generan un espacio de diálogo sobre las barreras que aún enfrentamos en la industria y las estrategias para superarlas. Además, estos festivales tienen el poder de conectar a las cineastas con audiencias internacionales y con redes de colaboración que son vitales para seguir creando.
Creo que la combinación de estas iniciativas, junto con un compromiso real por parte de las instituciones y festivales, puede transformar la narrativa y asegurar que las mujeres tengamos el espacio que nos corresponde en el mundo del cine.
Considerando que tus trabajos han sido reconocidos en festivales tanto nacionales como internacionales, como el Indian World Film Festival o el Indiefest de Los Ángeles, ¿piensas que el papel de la mujer cineasta tiene la misma relevancia en todas las partes del mundo, independientemente del contexto y la cultura?
Creo que el papel de la mujer cineasta tiene un valor universal, pero su reconocimiento y las oportunidades que recibe varían enormemente según el contexto y la cultura. En algunos lugares, la presencia de mujeres en el cine está comenzando a ser visibilizada y celebrada, mientras que en otros aún enfrenta barreras estructurales que dificultan su acceso y desarrollo en la industria. Lo que sí es común en todas partes es que las mujeres cineastas aportamos perspectivas únicas y necesarias, que enriquecen el lenguaje cinematográfico y ofrecen visiones diversas que, de otro modo, quedarían silenciadas.
Los festivales internacionales, como el Indian World Film Festival o el Indiefest de Los Ángeles, han demostrado ser plataformas esenciales para dar voz a esas miradas, pero aún queda mucho por hacer para que la igualdad de oportunidades sea una realidad en todas partes. Lo más importante es seguir trabajando, uniendo fuerzas y creando redes globales que nos permitan superar las barreras culturales y sociales que persisten. Porque el cine, como arte y como industria, necesita de todas las voces, y la diversidad es fundamental para su evolución
Esto no es una lucha, es un diálogo. Personalmente, nunca he hecho cine desde la perspectiva de “ser una cuota de género”. Ante todo, somos seres humanos. Ni a ti ni a mí nos define lo que llevamos entre las piernas. Biológicamente puede ser un rasgo que nos identifica, pero ¿qué sucedería si nos relacionáramos simplemente como seres humanos, dejando de lado género, etnia, condición social, estatus o religión?. Si lo que tienes que decir es valioso, me interesa escucharlo. Y quiero tener acceso a tu relato, sin importar si naciste en España o en India, si eres hombre o mujer, si heredaste cinco pisos de tu familia o creciste en casa de tus abuelos porque tus padres no llegaban a fin de mes. Lo importante es la historia, siempre que sea auténtica y buena.
Aunque es inevitable que las circunstancias nos condicionen, nos limiten o nos encasillen, creo firmemente que siempre debe haber una puerta o una ventana positiva que permita escapar de ese peso socio-cultural construido. Una oportunidad para que tu voz se eleve y tu historia llegue a otros. Y, egoístamente, como espectadora, quiero tener acceso a esa historia interesante que puedes contarme. Porque al final, eso es lo que trasciende: las historias que conectan más allá de cualquier barrera.
Para finalizar, sabemos que estás trabajando en un nuevo largometraje. Siendo tan polifacética como guionista, directora y escritora, ¿qué puedes adelantarnos sobre esta nueva obra y qué podemos esperar de ella?
Muchas gracias por tu interés. Este nuevo largometraje es un proyecto muy especial para mí porque combina todo lo que me apasiona: la exploración de la naturaleza humana, la búsqueda de la belleza en lo cotidiano y la necesidad de contar historias que conecten profundamente con el espectador. En esta obra estoy experimentando con nuevas formas narrativas, tratando de construir un universo que sea emocionalmente auténtico, pero también visualmente evocador. Es una historia que habla sobre la resiliencia, las elecciones que nos definen y cómo nos enfrentamos a nuestras propias sombras. Espero que esta película invite al público a reflexionar, a emocionarse y, sobre todo, a verse reflejado en ella de alguna manera.
Como siempre, mi objetivo es contar historias que no solo se queden en la pantalla, sino que acompañen al espectador mucho después de que se enciendan las luces. Una película es como un amante, si te conmueve, te hace sentir vivo, te provoca, te recuerda tu libertad personal, tu pensarte, tu derecho a colocarte en el lugar del mundo donde realmente anhelas y no donde la sociedad espera que tes coloques, entonces… magia.
¿El amor?
Sí, que bonito. El cine como amor. O mejor, el cine es amor. Digan lo que digan, al final todo lo que hacemos o somos, va de eso, ¿no?…
Redactor de El Pespunte