Pablo Gálvez, 20 años de tradición y calidad en el AOVE


Pablo Gálvez, maestro de almazara en La Purísima S.C.A. de Herrera, lleva toda su vida ligado al mundo del Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE). Su historia comienza en el año 1975, cuando su padre empezó a trabajar como portero en la almazara. “Mis primeros pasos fueron en esta almazara”, recuerda Pablo, quien desde pequeño sintió el deseo de seguir los pasos de su progenitor. “Lo que me motivó a estar en esta almazara fue seguir el camino de mi padre”.
A lo largo de los años, Gálvez ha visto cómo la almazara se ha transformado, no solo en sus procesos técnicos, sino también en la relación con los agricultores. Su rol, que comenzó como ayudante, se consolidó cuando fue nombrado maestro. “Los primeros días, muchos nervios, muchas ganas de empezar, de demostrar que podía ser maestro”, comenta sobre sus inicios. Ahora, con más de 15 años en el cargo, Pablo es una figura clave en la producción del preciado AOVE con Denominación de Origen Estepa.
La evolución en la producción del AOVE
La clave para obtener un AOVE de calidad, según Pablo, radica en la comunicación y la meticulosa limpieza en cada etapa del proceso. “El maestro de almazara es responsable de sacar un buen producto mediante limpieza, comunicación. Si no me traen un buen producto, yo no puedo sacar un buen aceite”, afirma. En este sentido, destaca el cambio de mentalidad de los agricultores, quienes han comprendido la importancia de entregar aceitunas de excelente calidad para conseguir un aceite superior.
“El aceite, nada más olerlo, ya sabes tú que es buen aceite”, asegura. La experiencia sensorial es fundamental para Gálvez, quien encuentra en el aroma de la bodega una señal inequívoca de la calidad del producto. “Cuando entras a la bodega, el olor que te prende, dices, uff, cómo huele este aceite, cómo huele la bodega”.
Un oficio que es vida
Para Pablo Gálvez, trabajar en la almazara es más que un empleo; es una pasión. “Este oficio es muy bonito, yo animaría a cualquier persona”, comenta, resaltando la satisfacción que siente al ser parte de un proceso que resulta en un producto tan valioso como el AOVE. Describe el aceite de la zona como “picante, afrutado y un aceite muy bueno”.
Pablo es un ejemplo vivo de la dedicación y el esfuerzo que hay detrás de cada botella de AOVE con Denominación de Origen Estepa. Su historia es un testimonio de la importancia de la tradición, la innovación y la pasión en la producción de uno de los aceites más reconocidos a nivel mundial.
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