Osuna y Manuel Infante

Ahora que ya ha pasado la celebración de los Premios Goya, y “La Isla Mínima”, la película en la que trabaja nuestra Ángela Vega, ha conseguido merecidos premios —nada menos que diez—, quiero hablarles de otro paisano nuestro, ursaonés de nacimiento, cuya obra también merece nuestra atención, nuestro respeto y nuestro reconocimiento. Se trata de Manuel Infante Brieva, nacido a las diez de la mañana del 29 de julio de 1883 en la casa rotulada con el número 6 de la calle Juan de Vera —dato que he podido establecer con tal exactitud gracias a los datos contenidos en el Registro Civil—, y fallecido en París el 21 de abril de 1958. Fue un compositor e intérprete de piano muy conocido en el país que lo acogió como hijo suyo, Francia, donde se casó y desarrolló la mayor parte de su actividad profesional, aunque sus principales años de formación —los de infancia y primera juventud— transcurrieron en España, principalmente en Madrid, donde obtuvo reconocimientos oficiales por su talento interpretativo, como el primer premio del Conservatorio de Madrid (1898) o el primer premio de la Real Academia de Música (1900). De nuestro país, después de haber pasado también por Barcelona, donde recibió clases de Enrique Morera —quien, a su vez, había sido condiscípulo de Isaac Albéniz en las clases de Felipe Pedrell—, Infante, becado gracias a su talento, dio el salto a París, la meca de los artistas de la época, donde compartió espacio físico con personalidades como Picasso o ErikSatie. En la capital francesa trabajó de manera incansable durante años y empezó a publicar sus composiciones, partituras de aire andalucista, que le llevarían a la fama. Quizá sus años de mayor celebridad fueron los treinta. Así, en 1931 aparece como director de la orquesta del Teatro de la Ópera de París durante el concierto del 14 de julio, día de la fiesta nacional francesa. Ese día, y como resultado, sin duda, del gran atractivo que ya tenía la cultura española, la orquesta interpretó a las órdenes de su batuta la “Vida Breve” de Manuel de Falla, el “Canto de España” de Isaac Albéniz y las “Escenas Gitanas”, esta última del propio Infante. Sus obras no empezarían a interpretarse en España hasta finales de los años cuarenta, de la mano del célebre pianista valenciano José Iturbi. Hoy día, la labor de interpretación y divulgación de su obra la está llevando a cabo de manera excelente Eugenia Gabrieluk, célebre concertista de piano española, formada en los conservatorios de Moscú, San Petersburgo y Madrid. A lo largo de su vida, Manuel Infante alcanzó fama y reconocimiento internacionales pero, que yo sepa, nunca ha tenido protagonismo alguno en Osuna, precisamente donde vino al mundo. El tiempo y la sensibilidad de los ursaonenses pondrán las cosas en su sitio.

            Los que estén interesados en conocer más sobre su vida y su obra pueden leer el artículo titulado “Acerca del compositor ursaonense Manuel Infante”, publicado en el número 15 (2013) de la revista CUADERNO DE LOS AMIGOS DE LOS MUSEOS DE OSUNA; existe la posibilidad de leerlo en pdf en la página de Dialnet (http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4736027). En él encontrarán amplia información sobre este insigne músico ursaonés, nacido, curiosamente, muy cerca de la casa donde nacería, ya en 1936, otro célebre músico ursaonés, José Romero Jiménez, más conocido como Pepe Romero. Ambos, pero sobre todo Infante —aún casi ignorado entre nosotros—, necesitan una divulgación de sus obras.

Creo que es propio de sociedades generosas e inteligentes el reconocimiento de la obra de sus hijos más ilustres, y Manuel Infante Brieva, sin duda, es uno de ellos. Ojalá lo veamos.

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