Osuna estuvo presente en Fátima (Portugal)

El grupo “Amigos de Osuna” al que pertenece nuestro habitual colaborador Miguel Caballo Orozco, al igual que en años anteriores en este recién pasado verano, concretamente en el mes de julio disfrutaron de su semana turística-cultural. En esta ocasión el destino fue la parte central de nuestro país vecino Portugal, visitando Lisboa, Estoril, Cascais, Nazaré, Batalha, Alcobaca, Óbidos, Tomar, Coimbra y Fátima.

Según hemos podido conocer a través de varios componentes de este grupo de amigos de Osuna, el viaje fue magnífico, donde tuvieron tiempo de disfrutar de la cultura del país, su gastronomía, las sensacionales vistas, la gran monumentalidad y sobre todo en lo que coincidieron el total del grupo: la gran convivencia y amistad que se respiraba en todo momento.

Tal y como nos cuentan los componentes de este grupo, todas las noches la mayoría de ellos tras la cena pasaban a presenciar la procesión que se celebraba a diario en la explanada del Santuario de Fátima una vez que se acababa de rezar el Santo Rosario. Concretamente, el jueves 3 de julio este grupo de ursaonenses ávidos de experiencias culturales y religiosas vivieron quizás uno de los momentos más emocionantes de sus vidas. Ese día era en el que desde el Santuario, el Santísimo procesionaba ante los miles de fieles de distintos lugares del mundo y entre el grandísimo número de personas que allí estaban, eligieron a dos ursaonenses: Antonio García (Chicho) para que fuese el encargado de llevar la Cruz de Guía y a Rafael Pérez Brenes para que acompañase con un farol a la Custodia por todo el recorrido del Santuario de Ntra. Sra. De Fátima.

Al finalizar la ceremonia, era tal el entusiasmo y la extraordinaria sensación vivida que este grupo de amigos de Osuna al que pertenece también uno de nuestros colaboradores Miguel Caballo, compartieron un abrazo generalizado y muy emocionado entre todos los componentes ursaonenses que disfrutaron de una experiencia de estas características.

Según afirman los propios amigos, la excursión de este año, fue un verdadero éxito de grupo, de amistad y por supuesto de esta experiencia vivida en Fátima, que tal y como afirmó una de estas personas “quizás la Virgen eligió este grupo de Osuna para que viviera con ella este momento… Quizás”.

 

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A continuación reproducimos la carta que Mariló, una de las componentes de este grupo, nos ha escrito y en la que narra sus sentimientos en este viaje tan importante para ellos:

Por circunstancias de mi vida, que no vienen al caso, son muchos los viajes que he hecho a lo largo de mi años, con mis compañeros, con mi esposo, con mis hijos, con mis hermanos, con amigos…, pero es el PRIMER VIAJE que hago de esta forma, con un grupo de personas, a priori desconocidas (aunque pronto comprobé que había muchos conocidos) y con el único fín de conocer nuevos lugares y pasar unos días con grata compañía; así me lo vendieron.
Al ver las fotos, mejor dicho, el revivir tantos buenos momentos, no dejo de pensar que me lo vendieron mal, ha superado todas mis espectativas, y desde el primer día: la primera parada para desayunar, después el aperitivo, muy original por cierto, la llegada al hotel y después de un breve descanso al Santuario. Mira que ya había estado tres veces, pero impresiona, tanto a creyentes, como no. No solo por el lugar, sino porque estábamos compartiendo el asombro de ese lugar.
Y las noches: la primera cena ya sabíamos o intuíamos que habría SOPA, (la toman a diario los portugueses) y el bacalao a Bras, ¿qué más típico? y pasaron las noches y ya sabíamos que había de primero, SOPA, y con cilandro, al que ninguno nos acostumbrábamos, bueno a Encarni sí le gustaba y por cierto, se podía repetir de todos los platos. ¿Sabeís lo que más me agradaba a mí de estas comidas? Que a pesar de estar todo el día juntos de aquí para allá, visitando rincones maravillosos de grandes ciudades y pequeños pueblos, con su arte, sus costumbres, sus productos, nos teníamos que parar a comer y al menos con nuestros “vecinos comensales” comentábamos lo vivido en nuestras excursiones. Y muchos corriámos cenando, para irnos a escape a comprar una vela para encenderla en el rezo del Rosario Internacional. Enganchaba ver tanta gente de distintos lugares y con el respeto y el silencio que se palpaba y la comunión entre todos sin importar idioma, raza o nacionalidad, creo que de alguna forma, esa pequeña llama que encendíamos, ha prendido en nuestros corazones (menos mal que en la cabeza de Encarni, no) y nos ha hecho sentirnos como una gran familia. ¿En qué me baso? En la experiencia que vivimos todos los del grupo que vimos a CHICHO con la cruz de guía, parecía que todos estábamos con él, ayudándole a sostenerla y al ver más atrás a Rafael Brenes, con el farol, portando esa luz que también nosotros teníamos en nuestras velitas.
Me decían algunos que tantos días en Fátima nos íbamos a aburrir, que mejor es ir parando en distintos sitios. No lo cambio. Por todo lo vivido y por el grupo en que me he sentido como una más, y eso a pesar de mi timidez. Gracias a todos. ¿Nos vemos el años que viene?
 

Reportaje fotográfico
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