Osuna abrió su Semana Santa con un Domingo de Ramos radiante

La Cuaresma se consumó, el tiempo de reflexión, del cambio espiritual y llegó la Semana Santa, con ella el Domingo de Ramos, ese día de ilusión, de niñez, de alegría y jolgorio en Osuna porque un pequeño chiquillo hecho Dulce Nombre de Jesús más tarde entraría en Osuna triunfante, como en Jerusalén y tras ello su bendita Madre de los Desamparados vigilándolo todo.
La jornada calurosa empezó con un desliz anecdótico, ya que la AM Dulce Nombre de Jesús llegó tarde a su cita y por ello se escucharon los sones del Himno de España y Madre Hiniesta de la atenta Asociación Cultura Banda de Música Villa de Osuna, para la salida procesional del Dulce Nombre de Jesús.
Tras un cortejo sobrio de la Hermandad del Dulce Nombre en la calle, vimos como se ha elevado el número de nazarenos con esta Hermandad, tanto de palmas y olivos como de cirio.
Un Domingo de Ramos para recordar, ya que pudimos ver por primera vez el templete del Dulce Nombre tras su cambio de ruedas a costaleros, pudimos ver la nueva reordenación de la candelería de la Virgen de los Desamparados y la elegancia del capataz más joven de Osuna, Franjito, al frente de Jesús en su entrada en Jerusalén, “La Borriquita”.
Momentos claves fueron las subidas y bajadas por Tía Mariquita, el paso por Hornillos, donde pudimos ver como Eduardo Rodríguez se salía de debajo de las trabajaderas del paso del Señor para cantarle una maravillosa saeta a la Virgen de los Desamparados. La subida por la calle Sevilla también fue un momento para recordar por la elegancia de la Hermandad comprimida.
Y tras un recorrido de unas cinco horas de los tres pasos, entraban los pasos a sones de marchas como por ejemplo “Cuando me alejé de ti” para el paso de Jesús en su entrada en Jerusalén o “Mi Amargura” dentro de la iglesia para la Virgen de los Desamparados, que vimos como durante el recorrido cambiaba el son de su andar, a un modo más alegre y sevillano, sobre los pies.
Fotografías: Javier Sánchez