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Oportunidad

Oportunidad

Es posible que no todos los españoles nos hayamos dado cuenta de lo que suponen estas elecciones del próximo día 24.

No se trata sólo de una renovación de los gobiernos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas. Se trata más bien del cambio de un “sistema” al que nos ha abocado, entre otros factores, una Ley Electoral que en estos momentos se rebela como manifiestamente injusta, toda vez que beneficia a unos partidos en detrimento de otros, y que por el hecho de ser de “listas cerradas”, hace que en unas elecciones como las municipales, pese a que los electores conocen perfectamente a los distintos candidatos, no puedan votar a tres de una lista, uno de otra o dos de otra. Con listas abiertas se contribuye al interés del municipio y de los ciudadanos, en vez de al del partido. Actualmente, los candidatos sólo responden ante sus jefes de partido, y no ante sus electores.

Por otro lado (pienso en Autonómicas y Generales), debido a la regla D´Hont y a que la circunscripción electoral es la provincia, el valor de los escaños es diferente en unos casos y otros, según el número de habitantes. Consecuentemente no vale igual el voto de un señor de Madrid o Barcelona (muy pobladas) que el de un señor de Soria o Teruel (poco pobladas). La injusticia es evidente, y por tanto, debemos acabar con ella.

No es casualidad que en esta campaña electoral (ni en las anteriores), ni los partidos mayoritarios ni los nacionalistas, hayan nombrado siquiera de refilón, la tal Ley Electoral. No interesa. Interesa más la “partitocracia”. Esa que prolonga una y otra vez a los mismos; esa que permite el uso partidista de los medios públicos de comunicación; esa que crea y mantiene las redes clientelares con el dinero de todos y en beneficio del partido que gobierna, etc. etc.

Todo eso para casi acabar con la separación de poderes, base del estado de derecho. Si no, repasen la “infiltración” de miembros del mismo partido que en estos momentos tenemos en el Consejo de Estado, Tribunal Constitucional, Tribunal de Cuentas, C.N.M.V. Consejo General del Poder Judicial, Defensor del Pueblo, Consejo de RTVE, etc. etc.

Resultado final de todo: Un comportamiento más parecido al de redes mafiosas que a partidos políticos propiamente dichos. Véase si no, parte de la corrupción generalizada que “gozamos”: “Púnica”, “Palma Arena”, “Gürtel”, “EREs”, “Bárcenas”, etc. etc. ¡Qué curioso, que a cierta señora le traicionara el subconsciente, y se le escapara lo de “saquear España”!

Una cosa está clara: Quienes han creado esta corrupción, no son los que acaben con ella por más que les obliguen a pregonarlo. Antes bien, perfeccionaran el método.

Es el momento de acabar con todo eso, aunque lamentablemente, algunos líderes de la izquierda no hayan sabido ir juntos en este viaje, pese a ser mucho más lo que les une, que lo que les separa. Les une el interés de la sociedad; les separa el protagonismo de algunos.

¡Ay si tuviésemos Listas Abiertas! Los ciudadanos harían lo que los líderes no han sido capaces de hacer.

En cualquier caso, cuídense de no votar corruptos, y recuerden:

¡Perro, no come carne de perro! que se podría traducir por:

“Los pájaros carroñeros no comen flores”.

La oportunidad es ahora.

 

José Mª Sierra

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