Ntra. Sra. de la Cabeza procesionó por la fiesta de la candelaria
En la primera semana de febrero la Hermandad del Santo Entierro concluyó los cultos de la Purificación de la Virgen María en honor a su titular gloriosa Nuestra Señora de la Cabeza. El día de esta fiesta es el 2 de febrero, cuando comenzó el Triduo en su sede provisional de la Iglesia de San Carlos el Real.
Tras varios meses en el taller de restauración de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, volvíamos a ver esta antigua y pequeña talla de la Virgen de la Cabeza en su altar de cultos. Éste ofrecía un montaje cuidado imitando un paso procesional: con el respiradero frontal del paso del Señor Yacente y dos candelabros de guardabrisas, uno en cada esquina. Llamaba la atención un vistoso arco de flores naturales que remataba el conjunto.
En una soleada y cálida tarde del sábado día 5, una nutrida comitiva de devotos acompañó a Nuestra Señora de la Cabeza que bajó la calle Sevilla y Sor Ángela de la Cruz para llegar a la casa de las Hermanas de la Cruz. Al igual que una madre viste a su recién nacido con un batón, con esa misma indumentaria portaba la Virgen de la Cabeza al Niño Jesús, para presentarlo en el Convento del Espíritu Santo a todos los ursaonenses. Ese es el significado de esta fiesta que popularmente se conoce como “la candelaria”. Allí el Padre Manuel Sánchez, capellán de las Hermanas de la Cruz y director espiritual del Santo Entierro, bendijo las velas y se encendieron a partir de la que la Madre Superior encendió de una que alumbraba a la Virgen en sus andas.
Entonces la procesión retomó su recorrido dirigiéndose hacia la calle Cristo, Gordillo y Compañía. Una vez más estuvo acompañada musicalmente por la Agrupación de la Santa Cruz. Otro detalle era el exorno floral de las andas: claveles, rosas y tulipanes amarillos. Al término de la procesión se celebró la Eucaristía en la Iglesia de San Carlos. De nuevo volverá la imagen de la Virgen de la Cabeza a la Facultad de Bellas Artes para concluir su proceso de restauración.
Fotos: Maria del Carmen Rodríguez