No le importamos

Primero mintieron queriendo convencer a la sociedad de que la culpa de todos los males económicos del momento eran la consecuencia de “haber vivido por encima de sus posibilidades” cuando la gente lo único que hizo fue trabajar y buscar un techo sobrevalorado por la banca pagado en toda la vida. Consumado el engaño el siguiente paso fue engañar a la sociedad persistiendo en que la culpa de todo el embrollo era que la administración “había gastado lo que no tenía”, cuando en realidad a las administraciones le salían las cuentas y la Seguridad Social tenía año tras año superávit.

El desarrollo de la crisis ha venido a destapar que la actual crisis no es otra cosa que el fraude del liberalismo y sus mercados contra la sociedad, un robo de guante blanco que descubierto el embrollo alguien decidió que pagáramos todos. Es lo que eufemísticamente llaman socializar la deuda. Y con ello vienen recortes, recortes y recortes a costa del bolsillo y la vida de los ciudadanos haciéndole ver que no hay otra solución a pesar de que Obama, Hollande, el nóbel Krugman y un sinfín de personas influyentes del mundo hablan de caminos menos tortuosos para salir de la crisis y más pensados en la ciudadanía.

Pero no, primero Zapatero y después Rajoy insisten en el liberalismo radical para afrontar la crisis, lo que nos hunde y nos hunde hasta el empobrecimiento y el subdesarrollo. Cuando los podridos bancos españoles, esos que decían que eran tan solventes, no pueden pagar una deuda, la pagamos todos y los miles de millones de € que le sirvieron para generar una burbuja financiera cuentan ahora como déficit porque el Estado avalaba y al final hunden el Estado y el sistema financiero. Y ni tú ni yo tenemos culpa de eso, por mucho que quieran convencernos de lo contrario. Los bancos sí que vivieron por encima de sus posibilidades y eso nadie lo dice.

Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. ¡Nos han rescatado!, nuevo eufemismo. El ministro De Guindos lo anunciaba como “una noticia positiva”, Rubalcaba como algo “que daña la imagen de España” y Rajoy, “sin querer entrar en nominalismos”, nos lo vendía como la salvación de Europa, del euro y de España. Las declaraciones los delatan: no hablaban de nosotros.

Nunca vi en una rueda de prensa de un presidente de gobierno mentir tanto como lo hizo Rajoy el domingo en su forzada comparecencia, nunca vi tanta arrogancia y tanto teatro. Nunca vi tanta falta de respeto hacia quien lo va a pasar muy mal durante mucho tiempo, como es la sociedad española.

Nos mienten al unísono cuando toman medidas dolorosas contra la población ocultando las consecuencias que tendrá el rescate del podrido sistema financiero español, les ciega el beneplácito de la banca y los mercados. No le importamos. ¿cómo si no el ministro habla de noticia positiva y Rubalcaba sólo se refiere a la imagen de España?, ¿y el desempleo, la reducción de salarios, las medidas laborales y las pensiones, cómo se verá afectada la vida diaria de la ciudadanía? Bajo la mentira del pagará la banca ocultan el nuevo festín financiero a costa de la sociedad. Se salvará la banca y sus activos tóxicos dejarán de ser un problema para ellos, pero se seguirá sumiendo a la sociedad en la pobreza, la desesperanza y el desempleo pues ésta será la que pague todo el ciberconvite del sábado. Es lo que no nos cuentan, que el dinero se le entrega a bancos podridos y como éstos no podrán pagar, pagaremos todos con recortes, bajadas de salarios, subidas de impuestos y pérdidas del Estado del bienestar. Socializar la deuda, que dicen.

No le importamos. Rajoy no tenía previsto comparecer para explicar al país el momento de mayor deterioro de la democracia española y en su agenda insultantemente sólo aparecía un partido de fútbol, la ministra de trabajo a esa hora, con la que estaba cayendo, publicaba en twiter la puntuación que había obtenido en un videojuego infantil, con ella no iba esto, Rubalcaba habla de inservibles comisiones de seguimiento y en Andalucía, lejos de guardar el PP el culpable silencio de quien representa la involución a la que asistimos, el Sr. Arenas se viste de lagarterana para pedir que la sociedad andaluza no se vean afectada por los recortes que su partido impone. Es el colmo del cinismo.

Las medidas tomadas son de tal envergadura que la democracia, si lo es, no puede dejar al ciudadano como simple elemento del voto cuatrienal, debiera establecer mecanismos de consulta que permitan la asunción de responsabilidades ciudadanas, más que obligaciones, en la ejecución de las medidas y, sobre todo, que permita a la sociedad decidir y opinar sobre su futuro. Soñar es gratis. Pero claro, entonces no estaríamos en un modelo liberal como el que impone Europa y al que en España ni se le rechista.

Marcos Quijada

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